¿Cómo
te sentirías si te dijera que quiero que todos los días fueran
grises? Nubes de tormenta arremolinadas sobre mi cabeza pintando el
cielo con formas extrañas, un mar que ahogara ese azul intenso por
una vez, o un momento de tregua en el que el sol salga levemente por
entre la oscuridad como diciendo "aún hay esperanza, aún puedo
salir".
Quiero
un cielo así, quiero mirar arriba y pensar que ciertas pesadillas
descienden a la tierra, tal vez sólo por darle algo de emoción a la
rutina del día a día; alguien me mira en el centro de un patio
abarrotado de gente asustada y me ofrece la mano mientras todo se
desmorona con la mejor de sus leves sonrisas.
- Ven
conmigo - me dijo - dame la oportunidad de demostrarte algo mejor;
permíteme sacar tus alas......
Me
dejé llevar por sus ojos llenos de eterna dicha, me acerqué
lentamente ante la duda de abandonar todo, lentamente por el hecho de
pensar, meditar, lo que estoy a punto de hacer. Luego me detuvieron
las cadenas autoimpuestas de la ética y la moral "Esto no está
bien, no habrá marcha atrás".
Pero
aquella figura siempre daba un paso más hacia mí, daba igual el
cuerpo que yo encarnase, porque el resultado siempre es el mismo;
quiera o no, siempre estoy a su voluntad porque, quiera o no, jamás
habrá escapatoria para él. El sólo hecho de cogerme del mentón
con suavidad pero firmemente me basta para notar el ansia que le
mueve a romper mis ataduras con su arma; su papel autoimpuesto de
libertador le produce un éxtasis capaz de hacer temblar la propia
tierra.
- Sólo
una....por favor - su aliento cálido me reconfortaba y aterraba al
mismo tiempo mientras mi cuerpo flaqueaba; rodillas temblando, tuve
que agarrarme a sus hombros para no caer - déjame sólo una.....
Su
arma blanca y cristalina comenzó a teñirse de rojo cuando rozó la
cadena de mi brazo derecho; no la había cortado, pero el hecho de
tocarla ya pintaba de granate el filo a la par que impactaba en mí
un sentimiento de miedo y de inestabilidad. Algo importante estaba a
punto de ceder ante el ángel que empezaba a sostenerme por mi falta
de fuerzas, como si fuera mi propia sangre la que estuviera escapando
por aquella cadena; como si esa fuera el eje central de todo mi ser.
Agarré
la hoja desesperadamente para apartarla de la leontina que asumí
como parte de mí; tenía miedo, ¿qué pasaría si la cortaba? ¿Qué
sería de mí si eso pasaba?
-
Ninguna......no toques mi alma - dije a la par que apartaba el filo
del metal que me sostenía - Sólo yo debo decidir si quiero que lo
hagas, no tú.
Como
de costumbre, sólo había fuego alrededor, pero en el momento en el
que me negué, éste se fue ahogando en sufrimientos que podía
escuchar como gritos en mis oídos; el cielo empezó a clarearse poco
a poco y el rostro sereno que me contemplaba se tornó en
preocupación y algo de desespero al tiempo que empezaba a
recuperarme del sopor.
Volvió
la mirada hacia la bóveda celeste, que empezaba a quedarse sin
nubes, y luego me cogió de los hombros fijando sus pupilas en las
mías; ahora quien tenía miedo era él.
- No
me dejes morir, no dejes que todo muera - me cogió de la cabeza
obligándome a mirar al suelo mientras repetía esa frase una y otra
vez, empujaba hacia abajo de forma insistente cuando la pronunciaba
pero luego mi cabeza volvía al mismo lugar.
- ¿Qué
va a morir? - pegunté en voz baja. ¿Qué había hecho mal?
Podía
oír de fondo cómo me llamaban, todo el rato pronunciaban ese
nombre; primero la voz de una chica, luego la grave de un hombre que
se me antojó grande, otra chica más......demasiadas voces que se
entremezclaban con la de la persona que tenía delante, pero todas
familiares y cálidas.
Las
manos del ángel se apoyaron en mi cabeza lentamente pero no me moví
del sitio, sus dedos me acariciaban haciendo círculos en el pelo
como obligándome a reflexionar mientras esperaba en silencio a que
yo diera respuesta a mi propia pregunta.
-
¿Morirás tú? - el movimiento cesó y todo a mi alrededor se tornó
negro- Pero si cortas algo de mí moriré yo.....¿no?
Reanudó
su masaje craneal y de nuevo volví a ver el suelo a mis pies, podía
oír cómo jadeaba, como si le faltara el aire.
-
¿Quieres que yo muera? - una puñalada de tristeza me recorrió en
pecho en cuanto acabó de pronunciar su frase, el dolor intenso me
desgarró por dentro al pensar en la posibilidad de que eso pasara;
sus dedos gordos cerraron mis ojos, que empezaban a llenarse de
lágrimas.
-
......No - contesté haciendo caso omiso a quienes me llamaban, que
ahogaron una exclamación. Sé que ellos eran importantes, sus voces
lo eran, pero tampoco quería que sufriera la persona que tenía
delante - Pero, ¿qué eres?
- Ya
lo sabes, soy parte importante de tu propia conciencia. Hazle caso a
los que nos rodean hasta olvidarte de mí y ten por seguro que te
ahogarás, te partirán por dentro y se quedarán con tu luz. Y
cuando eso pase apareceré de nuevo para pintarte una sonrisa en tus
labios con la sangre que derrames - pegó su cabeza a la mía pero no
me permitió levantarla - Yo seguiré con vida hasta tu muerte, que
traerá consigo la mía y la de todos en quienes crees pero que los
demás no pueden ver.
Aún
con los ojos tapados no podía contener las lágrimas, ése era mi
mundo y la persona que tenía delante lo mantenía con vida ahora más
que nunca; le estaba dañando, le faltaba el aire y yo podía sentir
que a mí también se me escapaba.
-
Yo....no quiero que ....mueras - la tristeza me inundó y el miedo a
perder algo tan importante para mí agitó todo mi cuerpo empujándome
a la desesperación; estaba a punto de perder algo que jamás
recuperaría tal y como está.
De
repente muchas manos me cogieron de ambos brazos y me balanceaban
para que levantara la cabeza y les mirara a los ojos a todos, pero
los dedos del ángel nublaban mi visión, unos dedos que se aferraron
a mí para no dejarme ir.
Las
voces me llamaban de nuevo a coro con más insistencia, entre ellas
pude casi llegar a distinguir algunas, tan familiares que hicieron
que me revolviera y que quisiera apartarme del que me oprimía.
-
Déjame ir, quiero abrazarles, ¡quiero verles!
- Yo
no te estoy cegando, es la luz la que no te deja ver. Sólo te
protejo de lo que te va a dañar - sus palabras hicieron que me
detuviera.
- No
quiero alejarme de ellos ahora que comprendo quienes son.....quiero
abrazarles....
- Sólo
yo permaneceré en tiempo y espacio, sólo yo he perdurado y
aparecido incluso en tu subconsciente, sólo yo tengo el poder de
hacer que todo cambie. Sólo si me dejas.
Me paré de nuevo a pensar; dos mundos con reglas entrelazadas que igualmente acabarán destruyéndose por su incapacidad para convivir porque son tan contradictorios que la fuerza que les mueve es capaz de acabar conmigo, siendo yo quien les proporciona esa vida, por irónico que sea.
-
Quiero ver.
Apartó
despacio los dedos de mis ojos descubriéndome un mundo a oscuras,
veía poco o nada, como si fuera una noche sin luna, y él había
desaparecido. Sólo podía notar cómo me agarraban de los brazos
tirando en todas direcciones, casi a punto de partirme; cuando agaché
la vista descubrí que eran cadenas las que me sostenían, la
fuerza que demostraban amenazaba con arrastrarme a la más absoluta
oscuridad del suelo que pisaba.
Brillaron con una luz negra y mi cuerpo sintió ese agobio y desesperanza que me recorría cuando mi mente recordaba esas situaciones tan angustiosas en las que me encontraba totalmente a solas. Aislado, cerrado, sin escapatoria, rodeado de indiferencia e incomprensión; una mujer de pelo negro me miraba a lo lejos confusa por su incapacidad de llegar a empatizar totalmente con mis sentimientos......y cansada, cansada de mí.
El dolor hizo que hincara las rodillas en la negra superficie, la horrible sensación me empujó a gritar hasta que alguien me oyese.
-
¡¡Por favor, no me dejes aquí!! ¡¡No me dejes por favor, no te
vayas de mi lado!!
Pasaron
apenas unos minutos, horas en mi mente, y unas botas negras
aparecieron ante mí. Cuando levanté la cabeza, los negros guantes que
envolvían ambas manos volvieron a nublarme la vista; antes de
cegarme pude distinguir la notable heterocromía de sus ojos en la
oscuridad: uno amarillo, el otro verde.
Palpé
sus manos mientras me levantaba despacio del suelo para convencerme
de que realmente había alguien allí, las apreté una y otra vez
recuperando la respiración y normalizando mi pulso.
Volví
a notar el calor de lo que supuse que era el sol y las manos que me
agarraban los brazos seguían allí sustituyendo a las anteriores
cadenas; las tranquilas voces que inundaban mis oídos hicieron que
me sintiera mejor y el relajante movimiento circular de los dedos de
mi opresor me animó a recuperar el aliento.
- ¿Me
necesitas.......? - otra reflexión, su masaje así lo exigía pero
yo no estaba de humor para pensar debido al miedo ya que
condicionaría mi respuesta.
Pero
sí......le necesitaba.....De hecho no quería que se fuera, pero
tampoco quería decírselo abiertamente; de nuevo estaba entre 2
opiniones distintas que combatían en mi propia mente.
La
curiosidad me movió a coger sus manos y bajarlas lentamente para
comprobar si todo lo anterior pasaría de nuevo pero él opuso
resistencia.
-
Puede que no pueda volver esta vez.......es un placer ver cómo tu
propia imposición moral te desintegra pero entiende que no deseo
desaparecer por tu capricho - mi respiración se entrecortó - quiero
obsequiarte con algo pero no me permites el paso a tu
interior........despéjalo, demasiada luz......me ahogas......
- Sé
que hay luz....noto el calor del sol...¿por qué no puedo verlo si
aparto tus manos? ¿Por qué sólo oscuridad? ¿Qué hago mal para no
merecer lo que los demás ven?
La
sonoridad de las voces aumentó y me instaban a que fuera con ellos,
su tono animoso me hizo dudar de su fiabilidad y no sabía si confiar
en quienes me apresaban los brazos o en quien me cegaba con las
manos.
- El
calor......¿es del sol? El sol da calor pero, ¿implica el calor la
existencia de luz? - una leve risa escapó de sus labios - No
tientes.....a tu suerte....Una mente fuerte implica mayor tortura,
¿deseas eso para el resto de tu vida?
- Sólo quiero dejar de hacerme preguntas y de que me las hagan. Quiero encontrar las respuestas que tanto busco, quiero saber si estoy haciendo lo correcto.... - tomé aire y acabé la frase - y no quiero que nadie tenga que sufrir por ello.
Cada
vez se hacía más de notar que el ángel estaba desgatándose,
consumiéndose, pues sus manos comenzaban a resbalar al tiempo que
las de los demás me apretaban mas fuerte y tiraban de mí en todas
las direcciones con brusquedad renovada causándome malestar. Debía
decidir ya o moriríamos todos.
- ¡Soltadme, me hacéis daño! - mi voz era inaudible para ellos, simplemente no les llegaba; como si el destino debiera elegirlo esperando o rogando a alguien que actuara en mi lugar. Finalmente decidí a dirigirme al único que sí me escuchaba - Sé cómo debo llamarte pero tu nombre no debe ser pronunciado, no por ahora; haz que paren.....¡hazlo antes de que la oscuridad me trague de nuevo!
El
peligroso descenso de sus manos se detuvo con la misma rapidez que
las llamadas de aquellos que me rodeaban, contuve las ganas de
mirarle a la cara a través de el hueco que había quedado entre sus
dedos y mis párpados de nuevo por miedo y esperé a que algo pasara.
El calor se desvaneció poco a poco, ya no notaba su suave presencia
en mi espalda, y todo quedó envuelto en un silencio que me pareció
eterno.
- No
mires.....por tu bien - fue lo único que dijo antes de apartarse de
mí.
Durante
unos minutos no oí nada, no sentí nada, era como si todo el mundo
hubiera desaparecido; ¿me habría vuelto a quedar a solas con mi
mente? ¿Me habría engañado y abandonado aquél ser dejándome a mi
suerte en mi mar de locura interior?
"No
más dolor....." La frase se formó en mi mente sin control
alguno y la voz que la pronunciaba era totalmente ajena a la que
acostumbraba a marearme dentro de mí.
"No más miedo.....¿de qué sirve?" Me giré hacia donde me pareció que venía la voz, tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no abrir los ojos, pero podía notar que las manos que me agarraban empezaban a flojear.......
- ¿Qué
haces? ¿Por qué tardas?
Una
extraña risita inundó mi mente, primero leve y casi inaudible, pero
luego se fue haciendo más y más intensa hasta causarme un fuerte
dolor de cabeza; me arrodillé de nuevo ante la intensidad pero
alguien me obligaba a levantarme....una verdadera molestia.
Sin
poder aguantarlo más, abrí los ojos de golpe y me encontré con la
misma escena que había antes de que todo lo anterior pasara: noche
cerrada, llamas abrasadoras, gente corriendo despavorida, los
edificios cayéndose a pedazos......y el ángel de nuevo de espaldas
a mí.
-
Abriste......demasiado pronto..... - se dió la vuelta lentamente
dirigiéndome de nuevo aquella mirada, parecía disfrutar de cada
segundo, como si estuviera en el lugar más agradable del mundo; mi
propio mundo.
- ¿Los
estas...matando a todos? - dije al fin - ¡¿Qué ha hecho esta gente
para merecer tal fin?!
Traté
de aproximarme al ángel, pero las cadenas volvieron a aparecer del
suelo apresándome; familiares pero terriblemente molestas.
- Otra
vez....sigues sin aprender..... - me sujetó de nuevo el mentón y me
obligó a mirarle a la cara - tal es la ceguera, que tú mismo te las
pones si tan siquiera darte cuenta.
-
Quieres cortarlas de nuevo, ¿no es así?. Estarás también cortando
una parte de ti mismo.
- Eso
que te pones no me pertenece ni me relaciona contigo; me aleja, hace
que te olvides de mí y te obliga a estar en otro lugar - cogió una
con la mano derecha y, estirando, me la puso delante agitándola -
Esto es dañino, y aunque a mí no me toque debe desaparecer porque
sigo atado a ti.
>Recuerda,
yo soy ahora.....y por elección tuya - se acercó a mi oído para
pronunciar las palabras - maestro de tu propio mundo imaginario.
Sujetó
la cadena con firmeza y la cortó en dos con un rápido movimiento de
su espada; un mar de sangre salió disparada del interior del metal y
un fuerte dolor hizo que me retorciera como si me hubieran gangrenado
un brazo y tratara de apartarme de quien me había herido.....pero el
resto de cadenas no me dejaba huir de nadie.
- Abre los ojos ahora, ¡mira el horror al que te has sometido! - cada cadena cedía sin esfuerzo ante él, cada corte provocaba más dolor en mí del que hubiera imaginado - ¿Tamaño desprecio tienes hacia tu propia existencia?
Ciego
de dolor ante tal tortura me hice un ovillo en el suelo tratando de
encontrar consuelo y esperando en vano a que pasara el suplicio al
que me estaba sometiendo; la sangre teñía mi pelo albino de
rojo y las cadenas que yacían a mi alrededor volvieron a unirse de
nuevo lentamente. Tal era la fuerza con que las había creado que iba
a costarle partirlas para siempre, pero eso a mí ya no me importaba,
sólo quería dejar de sufrir.
Tras
lo que me parecieron horas de angustia y dolor extremo, una mano
empezó a acariciarme la cabeza empatizando con mi estado, pero
estaba tan mal y tenía tanto miedo que no me atreví a mover un
músculo por si volvía a despertar el caos reinante.
Haciendo
acopio de valor me atreví a entre abrir los ojos, que se toparon con
una mano que me ofrecía su ayuda, una mano que conocía, pero
distinta a la de aquella figura; una mano cálida. La tomé torpemente, pues mi cuerpo
tiritaba ante el frío que me invadía y el entumecimiento; tiraba de mí para levantarme, pero yo no quería hacerlo, sólo quería sentir su mano mientras cerraba los ojos para volver al mundo de tinieblas del que me había despertado....sólo quería que me hiciera compañía hasta entonces.
Pero no acabó ahí, seguía zarandeándome y moviéndome para que me incorporara, cada vez con más insistencia, como si temiera que no pudiera levantarme nunca más si me dormía. ¿Por qué no me dejaba en paz? ¿No se daba cuenta de que no quería sufrir más? ¿De que estaba al límite de todo?
Su voz llegaba a duras penas a mis oídos, pero pronto empecé a entender..."Arriba.....puedes hacerlo.....no estás solo....." ¿quería que siguiera adelante? Sus esfuerzos dieron frutos, pues de un tirón consiguió hacerme levantar levemente el cuerpo; no le miré a los ojos, sino que me limité a tratar de incorporarme sobre el empapado suelo granate, siempre con su ayuda.
Lo que quedaba de las cadenas estaba oxidado y pútrido, y al posar la mirada en ellas, al contemplar lo poco que había sobrevivido de lo que se supone que era tan importante para mí, el pánico me invadió y volví a gritar poseído por la locura mirando al cielo; la vista empezó a nublarse y la oscuridad se aproximaba adoptando la forma de un humo denso
que pretendía envolverme de nuevo.......
Antes de la negrura consiguiera alcanzarme, mi acompañante me tapó la boca con una mano mientras me cobijaba con la otra protegiéndome del mal que yo mismo atraía.
- Puedes hacerlo........no estás solo - su voz sonaba tranquila a pesar del peligro y la forma de pronunciar las palabras hicieron mella en mí normalizando mi respiración poco a poco.
Tras unos minutos no pude aguantar más el vacío que me consumía por dentro; me aferré a la persona que me había asistido buscando su protección y amparo y rompí a llorar sin control como un pequeño que se ha perdido en la soledad de este mundo.
Pero no acabó ahí, seguía zarandeándome y moviéndome para que me incorporara, cada vez con más insistencia, como si temiera que no pudiera levantarme nunca más si me dormía. ¿Por qué no me dejaba en paz? ¿No se daba cuenta de que no quería sufrir más? ¿De que estaba al límite de todo?
Su voz llegaba a duras penas a mis oídos, pero pronto empecé a entender..."Arriba.....puedes hacerlo.....no estás solo....." ¿quería que siguiera adelante? Sus esfuerzos dieron frutos, pues de un tirón consiguió hacerme levantar levemente el cuerpo; no le miré a los ojos, sino que me limité a tratar de incorporarme sobre el empapado suelo granate, siempre con su ayuda.
Lo que quedaba de las cadenas estaba oxidado y pútrido, y al posar la mirada en ellas, al contemplar lo poco que había sobrevivido de lo que se supone que era tan importante para mí, el pánico me invadió y volví a gritar poseído por la locura mirando al cielo; la vista empezó a nublarse y la oscuridad se aproximaba adoptando la forma de un humo denso
que pretendía envolverme de nuevo.......
Antes de la negrura consiguiera alcanzarme, mi acompañante me tapó la boca con una mano mientras me cobijaba con la otra protegiéndome del mal que yo mismo atraía.
- Puedes hacerlo........no estás solo - su voz sonaba tranquila a pesar del peligro y la forma de pronunciar las palabras hicieron mella en mí normalizando mi respiración poco a poco.
Tras unos minutos no pude aguantar más el vacío que me consumía por dentro; me aferré a la persona que me había asistido buscando su protección y amparo y rompí a llorar sin control como un pequeño que se ha perdido en la soledad de este mundo.
Ya no había llamas, ya no era de noche, y parecía que no había nadie más en aquél lugar. Sin embargo, todo eso me daba igual; me permití ser egoísta por una vez y pensé que al menos yo no estaba sin nadie más. Una persona estaba conmigo, alguien en quien me convencí que podía confiar para apartar la soledad de mí y que nunca me abandonaría.
- Si estuvieras solo, si realmente creyeras que en este mundo no hay nadie más, si de verdad hubieras perdido la esperanza..... - me levantó la cabeza y la dirigió hacia el cielo sujetándola con la mano - entonces....sólo entonces......yo no habría venido a buscarte.
Estaba amaneciendo, el cielo seguía cubierto de nubes oscuras, pero la luz continuaba intentando abrirse paso entre ellas; su pálido resplandor asomaba con timidez de vez en cuando por entre la fortaleza impenetrable del nimbo.
- Aunque, te lo aviso - añadió con tranquilidad y quizá algo de humor - te ha faltado muy poco para que me piense si merecía la pena ir a buscarte.
Me revolvió cariñosamente el pelo, seguramente para quitarle hierro al asunto, pero yo estaba absorto observando cómo la luz de lo que supuse que era el sol buscaba desesperadamente un hueco por el que escaparse.......¿quería demostrarme que podía tan siquiera abrir el cielo?Eso era una locura, demasiado grande para mí....
- ¿Tienes miedo ahora? - preguntó algo extrañado al ver que no respiraba - Ya veo......y también te culpas por lo que ha pasado, por ser como eres y dar vida a la inexistencia.
Abrí la boca para decir algo, pero las palabras se escaparon junto con el aire de mis pulmones al expirar; como si los gritos anteriores me hubieran dejado sin voz. Claro que tenía miedo, claro que me culpaba; alguien que no es capaz de decidir su destino aún teniendo las posibilidades delante no merecía mucho más que ser despojado de todo; en mi cabeza rondaban más preguntas de las que había tenido nunca. Latían....dolían......
- ¿Eres masoca porque quieres o es que tienes mucho tiempo libre para comerte el tarro? - dijo riéndose de mí.
Su burla ante mis inestabilidad me hizo reaccionar pulverizándole con la mirada y respirando con irregularidad. De nuevo iba a contestarle cuando caí en la cuenta de que no estaría medianamente cuerdo de no ser por su ayuda. Arrepintiéndome del puñetazo que pensaba darle, miré hacia otro lado agachando la cabeza y limpiando el ojo izquierdo de lágrimas con el dorso de la mano.....o eso creía. Un mar de gotas de agua comenzó a caer sobre nuestras cabezas dejándose llevar por la gravedad.
- Antes de tratar de destruir a tus amigos, piensa primero en tus enemigos - negué con la cabeza para hacerle ver que lo sentía; él volvió a acariciarme el pelo - y recuerda también.....que incluso ellos te han ayudado desdibujando la realidad; el bueno deja de serlo cuando el malo asume el papel de protegerte.
Volví la mirada lentamente hacia sus ojos tras pensar un momento en sus palabras; ¿el malo...bueno? ¿Proteger? El ángel.....¿me ha protegido? Cortó mis caden......lo que me sujetaba se fue por su culpa ¿en qué mundo se le llama a eso protección? Me destrozó por dentro y..... por fuera sólo dejó un cuerpo en desgaste.
Pero.....lo que me retenía, lo que me arrebató, ¿me estaba oprimiendo o evitaba que me olvidara de ese otro lugar? Algo que pretendía liberar no podía ser tan doloroso....
El intenso olor a sangre que impregnaba mi cuerpo hizo que cerrara los ojos fuertemente arrugando el gesto y estremeciendo mi ser ante los horribles recuerdos que me asaltaban; la persona que me acompañaba apoyó su brazo en mi hombro derecho para que no me olvidara que aún seguía ahí respaldándome, velando por mí mientras retomaba mi lucha interna. Mi espíritu amenazaba con desbocarse de nuevo y sumergirse en las sombras que estuvieron a punto de tragarme minutos atrás.
Justo antes de comenzar la contienda, unas palabras tomaron forma en la oscuridad de mi mente.....claras como el agua de lluvia que me bañaba y relucientes como aquella luz que trataba de salir al exterior.
"Me recordarás siempre......porque nunca elegí ser lo que soy. Entré allí donde ahora habito porque así lo quisiste, y me quedaré por siempre hasta que descanses en paz.....con una sonrisa pintada en los labios"
(Fragmentos de un sueño mezclados con preguntas sin responder; es mi primera entrada,así que tratadla con respeto. No juguéis a darle una visión equivocada, porque los equivocados podríais ser vosotros)
Elyan Ibáñez
Interesante desarrollo de los acontecimientos. No juzguéis porque podríais equivocaros. Profundo el texto y lo que quieres transmitir con él.
ResponderEliminarÁnimo niña. Sigue adelante y no te detengas ante nada.
---Dark---
Muchas gracias por darme tu opinión, tenía mis dudas sobre subir o no esto porque saca muchas cosas de mí.
ResponderEliminarEs bueno saber la opinión de los demás