martes, 18 de marzo de 2014

DAME LA MANO Y LLÁMAME TRAIDOR

Él, él quiere que lo haga; quiere que corte una tela que separa dos mundos. Me obligará a hacerlo, lo intenta desde dentro; me amenaza, me intimida.

Sé que no debo hacerlo, esos universos no deben tocarse jamás, ni tampoco debo perderlos; pero él, él siempre está ahí.

"Corta la tela, sólo un corte pequeño; el resto es cosa mía"

Le dije que no lo haría, me dijo que volvería de nuevo, que no le perdería de vista hasta que cortara la tela. Y volvió.....siempre cumple, siempre vuelve.

Cada vez con más fuerza, cada vez debilita más; su tranquilo comportamiento se torna más hostil con cada visita.


"Corta, sólo un pequeño corte; no debe costarte nada, no es nada lo que te pido. Por el bien de los dos, si no lo haces hoy volveré mañana"


Un día vino sin su arma, un día vino..... y me abrazó. Lloraba....gemía.....¿qué es lo que le pasaba? Otra vez me lo pidió, más débil, abatido; afirmaba que se estaba muriendo.

"Corta la tela......córtala, por favor......sólo un poco, el resto puedo hacerlo yo"

Pregunté qué era lo que le hacía tanto daño; él no dijo nada, sólo me abrazó, y siguió llorando en silencio apegado a mí, como si temiera desaparecer si me soltaba. Como si mi calor necesitara...para vivir.

Cuando una lágrima se me escapó, la tomó, mojando los dedos índice y pulgar, y pintó mis labios con ella.



"Ahora....ahora te veo mejor. Pero esto no será tu salvación......Volveré, y esa vez tendrás más compasión"

Esperé junto a la tela, pero no cumplió. Pasaron varios días, él nunca apareció; mi corazón aliviado pensó que jamás volvería a tener miedo, que no debía temer por su reto. Pero otro lado me advertía, coge un arma y prepara lo peor......

Semanas después, esperando junto a la tela, finalmente apareció. Pero no estaba solo.

Ya no había lágrimas en su interior, su arma lucía con un intenso resplandor, y en mitad de la noche se acercó melodioso con rostro sereno....no, lleno de dicha.

"Hoy es el día, hoy abrirás tu corazón. Me dejaste solo cuando necesité tu apoyo, ahora te enfrentarás a lo peor; pero antes, pregunto, ¿me harías el favor?....."

Apuntando a la frente, arma en ristre, volví a decirle que no; es mi tela, mis sueños, mi mundo. No buscaba su perdón, más bien quería ofrecerle mi disculpa por haberle fallado en aquella ocasión, pero él, riendo, apartó con cuidado aquello que me protegía y, siempre pegado a mi oído, me dirigió unas "dulces" palabras.

"Me fallaste....heriste al paladín, negaste lo único que pedía; algo para conseguir un mañana mejor. Yo te idolatraba, pero tú me rechazaste.......corriendo hasta tus brazos, en medio de mi angustia personal, arrastrado en el suelo y retorcido de dolor, busqué consuelo en tu esencia.....pero hiciste caso omiso"

Al intentar excusarme, los labios que separé para hablar se juntaron de nuevo sellados en su centro.

"Lo dije, te lo advertí...me estoy muriendo en tu interior; aquellos a quienes amas te apartan de mí. Crédulo, cándido, inocente, pensé que por estar aquí dentro era importante para ti; tú me diste la mano una vez, la misma mano que ahora rehúsa ayudarme. Irónico, ¿cómo me he ganado semejante humillación? Acudes a mí cuando nadie de fuera te necesita...pues eso se acabó"

Se apartó, mostrando orgulloso una hueste oscura tras de sí; no sólo formada por mis peores pesadillas, también mis amigos estaban allí. El cuerpo flaqueó, serios y firmes; todos los elementos se habían reunido para darme una "lección". Aquellos que una vez me acompañaron se tornaban ahora confusos y preocupados al enfrentarse a dicha situación, pero firmes en su convicción: la vida tras la muerte.

"Busca, pide, implora ayuda en el exterior, pues ahora en soledad te enfrentarás a lo peor; por haberles fallado...por haberme fallado.....ahora tú llorarás suplicando perdón"


Elyan Ibáñez

No hay comentarios:

Publicar un comentario