miércoles, 21 de mayo de 2014

CAPÍTULO 9: AVALANCHA EN CAMINO

- ¡Vaaaaamos chicos! ¡A levantarse todo el mundo! ¡Hora de la misióooooon! - comenzó a decir Demyx en un tono alegre.

Tras zarandear a Squall, que volvió a mirarle con la misma hostilidad, entró en la habitación del fondo para levantar al resto de “Avalancha” junto con los nuevos añadidos; no sin antes golpear la puerta varias veces con los nudillos. A ninguno pareció importarle el entusiasmo con el que Demyx les despertó, incluso daba la impresión de que, más que a invadir un peligroso edificio, fueran de camping o a alguna excursión.

Una vez levantados, todos se dirigieron hacia el almacén y, apartando la enorme caja que tapaba la segunda puerta que Tecno encontró, continuaron su camino por un pasadizo subterráneo que conducía a unas escaleras de mano algo oxidadas. Salieron por la parte trasera de un edificio en ruinas y se dirigieron hacia el furgón que les esperaba a un lado de lo que antes podría haber sido una carretera en buen estado.

Snake montó en el asiento de copiloto mientras que el resto ocupó el enorme espacio de la parte trasera. Al grupo se le había unido una persona más, aquella que estaba durmiendo mientras Snake les explicaba a Tecno, Alhem y Elyze las pautas del plan: un muchacho con el pelo de un llamativo rubio peinado en grandes mechones en punta cerraba el paso; sus extraños ojos pasaban del azul al verde conforme se iban acercando a la pupila y cargaba a la espalda una gruesa espada tan grande como él. Snake lo presentó con el nombre de Cloud y éste saludó tímidamente estrechando la mano de cada uno.

En el furgón todos se veían algo tensos por la situación salvo Demyx, que no paraba de canturrear una cancioncilla inventada a la espera de que el vehículo se pusiera en marcha. Había varias ventanas a cada lado del furgón, que ahora estaba cerradas, y una más conectaba la parte trasera con la cabina del conductor; el suelo estaba lleno de varios chismes, entre ellos un par de cajas grandes y varias mantas que podrían usar para esconderse cuando así lo indicaran.

Un par de golpes hicieron que todos miraran hacia donde estaba Snake, que se dirigió a ellos con seriedad.

- ¿Estáis todos listos? Ya sabéis el plan, así que tratad de hacerlo lo mejor posible. Cuando el Capitán Falcon, nuestro conductor, llegue a la primera aduana os daré la señal para que os escondáis mientras él convence a los soldados – resumió él – Hacedlo bien y no tendremos que luchar.

Asintieron en silencio, Elyze estaba algo nerviosa y su respiración era entrecortada; se sentía sola en medio de mucha gente y a la vez notaba que en su mente los conocía a todos debido a su don. Mirara donde mirase multitud de palabras y recuerdos de la vida de los allí presentes inundaban su mente sin que ella pudiera impedirlo; y lo mismo les pasaba a Tecno y Alhem, que prefirieron guardar el secreto por precaución. Squall la miró de reojo unos segundos, notando su tensión, pero prefirió ignorarla.......no estaba allí para ser condescendiente ni empático, tenía una misión que cumplir.

Conforme se fueron acercando a la aduana, Tecno, Alhem y Elyze pudieron notar que la mente de Snake andaba algo turbia, pues una pregunta que se hizo a sí mismo sobresalió entre la multitud de recuerdos de las otras personas como una clara luz que se abría paso entre las sombras. Todo se hizo negro para ellos, tan sólo podían ver a Snake en ese momento, que se mesaba la barbilla claramente preocupado.

- “¿En qué año nací.....?” - pensó él.

En ese momento, los 3 muchachos trataron de encontrar casi instintivamente la respuesta a dicha cuestión; ninguno sabía qué era lo que les impulsaba a buscarla, sólo sabían que era algo importante y que, si conseguían responderle bien podría pasar algo bueno; además de ayudarle a recordar algo más de su pasado. Pero el destino quiso que ninguno hallara la respuesta......

Sin apenas darse cuenta, Snake se olvidó completamente de que debía avisar a sus compañeros para que se escondieran, ya que estaban llegando a la aduana. Estaba tan absorbido por su pregunta personal, tan alejado mentalmente del resto, que no reparó en la misión y, por culpa suya, los soldados abrieron la parte trasera del furgón descubriendo al equipo.

En cuestión de segundos, Tecno, Alhem y Elyze se pusieron en posición de ataque; a pesar de que ninguno se esperaba el despiste de Snake, los nervios y la tensión les hicieron reaccionar rápidamente y más que esperar a que los 3 soldados empezaran a dispararles, fueron ellos quienes comenzaron la lucha.

Tecno desenfundó su pistola con la velocidad del rayo y disparó a uno de los soldados dándole en el hombro mientras que Alhem dejó K.O. a otro de un solo golpe con su nunchaku. Elyze sin embargo no calculó bien y tan pronto como se hubo levantado tropezó levemente sin llegar a caerse al suelo.

El soldado que había sido herido por Tecno disparó a su vez contra ellos pero su bala rebotó en la hombrera de Tecno, que sonrió alegremente mientras se limpiaba la carbonilla que había soltado la bala en su traje. El tercer soldado tuvo peor suerte todavía, su fusil se había trabado y no consiguió disparar a nadie, perdiendo una oportunidad de atacarlos.

Elyze volvió a intentar golpearles con su alabarda, que desenfundó sin problemas, pero sus pies se enredaron con una de las telas del suelo y de no ser porque Squall la sujetó a tiempo casi cae al suelo.

- ¿Quieres un relevo? - dijo él mirándola a los ojos, por suerte no estaba más enfadado que de costumbre, más bien parecía calmado.

Ella negó con la cabeza y, juntando las manos, comenzó a murmurar el hechizo Última mientras el resto continuaba con la refriega. Tecno se lo estaba pasando tan bien que empezó a tomárselo como un juego de puntería, disparó de nuevo pero esta vez no le salió tan bien la jugada; los soldados también tenían armaduras y su bala rebotó en el peto del que estaba pendiente de hacer funcionar su rifle, aunque falló el disparo no impidió que siguiera sonriendo.

El elfo sin embargo quería acabar esto cuanto antes para echarle la bronca a Snake, ¿cómo había podido despistarse de esa forma? Otro de sus golpes apartó a uno de los soldados, que intentaba golpearle con el arma en la cara; el impacto le empujó hacia atrás varios centímetros.

De repente, todo alrededor de ellos se bañó con una luz verde y los 3 guardias salieron despedidos por una extraña fuerza que los empujó lejos de allí; el hechizo Última de Elyze había salido a la perfección, dando fin a la lucha.

Demyx vitoreó entusiasmado la actuación de los 3 muchachos, actuaron tan deprisa que no les había dado tiempo a ninguno de echar mano de las armas, y tan impecablemente que casi no habían perdido tiempo con los guardias. Squall cerró las puertas del furgón y se sentó de nuevo mirando hacia donde estaba Snake, que ahora se sostenía la cabeza con una mano.

- Perdonadme, no sé qué me ha pasado exactamente; – se disculpó él – por un momento no era capaz ni de pronunciar palabra alguna. Gracias por la rápida actuación, no pasará de nuevo.

Dicho esto, el Capitán Falcon le dio unas palmaditas en la espalda y puso en marcha el vehículo, que cruzó deprisa la aduana para no perder más tiempo; tenían aún un largo camino que recorrer y cuanto antes llegaran antes podrían poner en marcha la segunda parte del plan y antes rescatarían a Jak.

- ¿Cuánta distancia hay desde aquí hasta la sede de CIPHER? - preguntó Alhem, parecía no gustarle mucho lo de viajar en un vehículo.

- Pues bastante muchacho, pero si continuamos con esta velocidad no creo que tardemos más de unos 15 minutos en llegar hasta la zona donde dejé el segundo furgón – contestó el Capitán sin perder de vista la carretera.

El traqueteo que producía el vehículo se volvió algo más pronunciado cuando salieron a carretera, si es que a aquél suelo mal asfaltado se le podía llamar así; a pesar de que la misión era bastante peligrosa y que debían andar con mucho cuidado, el hecho de verse los uno a los otros allí les daba algo más de tranquilidad al pensar que no estaban solos en esto.

Tecno se entretuvo manipulando cuidadosamente la pistola que había conseguido robar de uno de los soldados antes de que Squall cerrara las puertas del furgón, todas las herramientas que necesitaba las llevaba siempre, o al menos desde que podía recordar, ancladas al improvisado cinto que tenía en el brazo izquierdo; Luigi le observaba prestando máxima atención a lo que su nuevo amigo estaba construyendo, se le veía tan enfrascado en su proyecto que decidió no hablar para evitar distraerle. Luego éste levantó la cabeza y le preguntó:

- ¿Habéis traído algún tipo de explosivo, Luigi?

Él se levantó, cogió una bolsa que había dejado en el centro y se la acercó a Tecno, que observó maravillado el contenido: 5 bombas del tamaño de una pelota asomaban por la apertura de la bolsa; tenían dos ojos blancos alargados, una mecha corta y una manivela para darles cuerda.

- Muy curiosas, y más grandes de lo que me esperaba – comentó mientras cogía una entre sus manos - ¿Puedo probar algo con ellas?

Luigi exclamó alarmado ante la posibilidad de que explotasen allí mismo, pero Tecno le aseguró que sabía lo que hacía y que no había motivos para preocuparse.

- Por algo me llaman “el bombas”, ¿no? No te preocupes, hoy sólo volará CIPHER por los aires – una sonrisa tranquilizó a Luigi, que volvió a tomar asiento contemplando de nuevo el laborioso trabajo de Tecno.

El resto del grupo esperaba tranquilamente en sus asientos pensando en sus cosas, Squall no le quitaba ojo a Tecno y Demyx parecía disfrutar del viaje; en general todos estaban un poco más relajados.....todos salvo Cloud, que comenzó a respirar más profundamente mientras miraba al techo del vehículo.

Alhem, que gracias a su don empezaba a conocerle mejor, soltó una risita por lo bajo mientras Elyze miraba con preocupación a su compañero; tenía muy mala cara y no paraba de apretar los puños. Ella sabía al igual que el elfo lo que le estaba pasando, pero, en vez de reírse de su estado, prefirió intentar echarle una mano para ayudarle a superarlo.

- ¿Todo bien Cloud? - dijo con tono dulce para tratar de calmarlo.

- Yo....sí. Ya se me pasará.....- cerró fuertemente los ojos y se agachó en su asiento metiendo la cabeza entre las piernas mientras cogía aire por la nariz y lo echaba por la boca lentamente una y otra vez.

- Espera....¿no me digas que te estas mareando? - soltó Squall con el mismo tono que le caracterizaba.

El comentario hizo que todos los presentes se giraran para mirarle, salvo Tecno, que aún estaba concentrado modificando su nuevo proyectil; Luigi se levantó de su asiento y se acercó a Cloud poniéndole una mano en el hombro, preocupado por él.

- ¿Mareo? ¿En serio? - comentó Demyx curioso - No tiene muy buena pinta......

- Te ha faltado tiempo para llamar la atención, ¿eh, Cloud? - añadió el elfo sin abandonar la sonrisa pícara - ¿Por qué no le dijiste al resto que te mareabas en los vehículos? Es lo mínimo que deberían saber, ¡y más antes de ir de misión!

- Yo....no lo sabía....- contestó él – No tengo........recuerdos.......

Tras ver el mal estado en el que se empezaba a encontrar su amigo, Luigi le cogió del brazo y se lo puso en los hombros para que se apoyara mientras trataba de levantarlo; Cloud se agarró a él para no caerse y avanzó despacio hasta uno de los asientos que más cerca estaba de la ventana.

Demyx las abrió todas para que entrara el aire nocturno y Cloud se asomó a la suya sacando al cabeza; se sentía tan mal en ese momento.....y no sólo por su insospechado mareo, sino porque lo que menos quería en el mundo era ser una carga para nadie. Estaba allí para ayudar y proteger al resto, no para convertirse en un inválido y entorpecer la misión; en ese momento su propia mente empezó a machacarlo por su debilidad, lo que hizo que cada vez se sintiera peor consigo mismo.

- Madre mía......lo que nos faltaba – dijo Squall resoplando.

- Por extraño que parezca estoy de acuerdo contigo Squall – secundó Alhem – Si no mejora cuando lleguemos a CIPHER, que se quede aquí. Yo no voy a ir cargando con nadie.

El comentario llamó la atención de varios; Luigi le miró mostrando lástima por Cloud, Demyx se puso serio unos segundos debido a su desacuerdo y Elyze compartió con el elfo una fugaz mirada de preocupación antes de frotar suavemente la espalda de quien lo estaba pasando tan mal, como dándole ánimos.

- Todo el mundo puede marearse, es propio de las personas – dijo Tecno de repente, que aún seguía trabajando.

Luigi le sonrió pero Squall ignoró completamente su comentario, parecía preocuparle algo seriamente, algo que no estaba relacionado con lo que ocurría en el furgón......como si realmente temiera que todo pudiera salir mal en cuestión de segundos.

- Conque no recuerdas nada, ¿no? - comenzó a decir el elfo, que se levantó y se asomó a la ventana contigua a la que estaba Cloud para mirarle a la cara – ¿Y si te digo.......?

Elyze se levantó y se acercó a Alhem con cara de preocupación, luego le susurró al oído:

- Sé que tú también tienes ese poder, al igual que Tecno; pero no lo uses a la ligera – dijo ella - ¿Qué pasaría si dices algo inapropiado de su pasado o si no paras de revelarles la verdad constantemente? Podrían volverse confusos y desconfiar de nosotros por saber tantas cosas sobre ellos; sinceramente yo lo haría si de pronto un desconocido viniera revelando multitud de eventos de mi pasado.

- Deja de preocuparte, sólo iba a hablarle de …..¡una iglesia! Y un campo lleno de flores que crecía en su interior – contestó el elfo en voz alta para que Cloud lo oyera. Él pareció reaccionar tras estar unos minutos en silencio.

- Yo.....creo que.....le compré una flor.....a una muchacha......- balbuceó él - ¿Cuánto....me costó? ¿.....Y cómo se llamaba ella?.......

Demyx miraba curioso la escena mientras se acercaba a Cloud, que no se movió del sitio. Tras un intercambio fugaz de miradas de complicidad entre Alhem y Elyze, ambos decidieron que no pasaría nada malo si le contestaban a esa pregunta.

- 1 Gil – dijo el elfo.

- Ella.....se llamaba Aeris......- terminó Elyze.

Como entendiendo esas palabras, Cloud cerró lentamente los ojos y las sintió tan verdaderas en su interior que no había forma alguna de desmentirlas.

- Es verdad.......lo que me ha dicho Luigi.......- dijo él, aún mareado – Tenéis..........un don.......extraño.

- Vengaaaaa no te pongas tan melancólico – cortó Demyx, que le estaba revolviendo el pelo cariñosamente – Ya lo irás recordando todo.....todos lo haremos, ¿verdad?

Esto último lo dijo mirando a Elyze y al elfo, que hicieron como que no le habían escuchado y volvieron a sus respectivos asientos; pero Demyx sabía que ellos le habían oído perfectamente, simplemente lo dejó correr y trató de hacer que su amigo se sintiera mejor masajeándole la espalda.

El resto de viaje transcurrió sin incidentes hasta que llegaron a la segunda aduana; ésta vez Snake no tuvo problemas para advertirles que se escondieran, y ellos comenzaron a taparse con las mantas del suelo. Elyze cogió a Cloud para apartarlo de la ventana mientras la cerraba; él estaba tan mareado que en el momento mismo en que le movió de sitio la agarró de la cintura cerrando los ojos en un acto reflejo para sorpresa de ella.

Ambos cayeron al suelo y Elyze agarró una manta y lo cubrió todo rápidamente mientras contenía la respiración; la fuerza con que la agarraba Cloud le estaba oprimiendo un poco el pecho y se sintió terriblemente incómoda durante todo lo que duró la inspección. Era la primera vez desde que puede recordar que un hombre la abrazaba con tanta firmeza, y aunque sabía que era producto del mareo, ya que sus brazos temblaban levemente, fue capaz de anteponer su incomodidad a su empatía aún siendo consciente de que era él quien peor lo estaba pasando.

De modo que, cuando hubieron pasado la aduana sin problemas, ella apartó a Cloud de un empujón y se sentó en el otro extremo del furgón; justamente al lado de Squall, que observó la escena con cierta sorpresa.

- Hey, no seas tan bruta – le recriminó Demyx aún sin perder la sonrisa – El pobre lo está pasando mal.

Levantó a Cloud, que se agarró a él de la misma manera que hizo con Elyze, y lo acercó de nuevo a la ventana para que respirara el aire de fuera. Ahora se sentía aún más culpable, por no haber podido controlarse seguramente ahora Elyze estaría enfadada con él; ¿por qué tenía que pasarle esto cuando más necesitaba estar bien para ayudar a los demás? ¿Iba a ser siempre así? No....esto tendría que mejorar, no iba a permitir que por su culpa ellos fracasaran.

- ¡Tacháaaaan! - dijo de pronto Tecno - ¡Mi trabajo por fin acabado!

Todos se giraron para mirar lo que Tecno les mostraba con gran orgullo; 2 de las bombas habían sido ingeniosamente modificadas con tan solo un par de herramientas, de modo que cuando se activaran, éstas se elevarían en el cielo para, segundos después, lanzarse en picado contra el enemigo.

También enseñó lo que había hecho con la pistola que le había arrebatado al soldado de CIPHER, la parte de atrás la había abierto para que cupiera una bomba y encima del cañón había colocado un mechero improvisado, que se encendería en el momento en que apretara el gatillo; la bomba saldría disparada en la dirección en la que apuntase, encendiéndose con la pequeña llama, y el impacto sería el mismo que si la hubiera lanzado con sus propias manos, solo que con ése chisme la velocidad sería mayor, haciendo más complicado esquivarla.

- Menuda maravilla, ¡eres un genio tío! - felicitó Demyx – Ese trasto es realmente curioso.

Luigi acercó tímidamente una mano para tocarlo y Tecno dejó que cogiera el arma; estaba un poco sucia por algunos lados pero se notaba que le había puesto todo su empeño. Luigi pensó que más que un guerrero parecía un artesano y por su mente pasó la ilusión de que llegara el día en que el mundo ya no necesitara las armas para resolver los problemas....un día en que la culpa que le corrompía por no haber podido salvar a su hermano desapareciera para siempre.

¿Dónde estaría ahora Mario? ¿Lo habrían capturado de nuevo tras morir por culpa de Luigi? Una cosa estaba clara, no descansaría hasta haberle dado su merecido al cruel científico que lo usó de escudo humano para evitar que el ataque de Luigi le alcanzara. Desde entonces, se lamenta profundamente cada vez que alguien pregunta por su hermano, se siente tan culpable de no haber podido salvarle que es incapaz de pronunciar una sola palabra hasta que pasan unos minutos.....pero ahora no estaba solo, ahora podría enmendar su error y vengarle.

Finalmente llegaron a una explanada desde la que se veía Shadow Moses en la lejanía, y más al fondo estaba CIPHER S.A., esperando imponente a que ellos se atrevieran a desafiar a quienes moraban en su interior. Allí les estaba esperando el furgón que Snake les había mencionado.

Tras aconsejarle éste a Tecno que quizás debería quedarse con él por si recuerda algo de la sede, todos bajaron del furgón salvo Demyx, que tenía que quedarse también con Snake. Alhem comprobó que Cloud seguía mareado, ya que éste necesitaba apoyarse en Luigi para poder caminar bien, de modo que, cogiéndole de mala manera, le empujó sin miramientos hasta la puerta del segundo furgón.

Luigi corrió hasta él para ayudarle a subir y, por culpa de eso, casi se queda atrás ya que Squall arrancó el vehículo en el mismo momento en el que se había sentado en el asiento del conductor; Elyze decidió acompañarle como copiloto y el resto esperaban en la parte trasera. Luigi no aprobó los métodos de el elfo, pero a éste no pareció importarle en absoluto.

- ¡Tú! - dijo cogiendo a Cloud del mentón bruscamente, éste le miró a los ojos frunciendo el ceño- Ya te lo he dicho antes, como se te ocurra entorpecer la misión, te dejo colgado; y me da igual si estamos dentro de CIPHER o fuera, si nos rodean los soldados o si estamos dentro de las tuberías. ¿Entendido?

Algo se removió en el interior de Cloud y una profunda rabia invadió su cuerpo por unos momentos, una furia que por suerte pudo contener gracias en parte a la debilidad concedida por el mareo. Durante los instantes en que la sintió, apretó los puños tan fuertemente que casi los hizo sangrar y su expresión se volvió tan fiera que el elfo decidió soltarle la barbilla por precaución; podía notar la presión de su mirada y algo le decía que quizás era mejor no decirle nada más por el momento.

Incluso Cloud se sintió raro tras lo que acababa de pasar, una voz femenina se había colado en su mente en aquél momento.....

- “¿Quién es él para amenazarte de ése modo? ¿Cómo osa siquiera ponerte la mano encima? Deberías matarlo en éste mismo instante.....¿por qué no lo haces?”

Asustado por lo que había pasado en su cabeza, Cloud casi se había olvidado del mareo y ahora mostraba una expresión de shock; pero al estar agachado nadie pudo darse cuenta de su estado. ¿De quién podría ser esa voz? ¿Y por qué le habían dado tantas ganas de matar a Alhem tras haberla escuchado?

Tratando de acallar las dudas por un momento, intentó pensar en que ahora lo prioritario era la misión y que debía estar al máximo para darlo todo; mucha gente le necesitaba y él tenía que estar listo para ayudarles. Finalmente, contestó con seriedad:

- No te preocupes, te aseguro que no daré motivos para que tengas que protegerme – aún guardaba en su voz un resquicio de la ira que había sentido segundos antes, por lo que más que tranquilizarle, parecía que le estaba advirtiendo.

El viaje continuó con normalidad, ambos furgones se iban acercando a la posición acordada y todos estaban deseando que comenzara la misión, aunque sólo fuera para quitarse de encima la tensión que los atenazaba......la calma que vaticina tormenta.

lunes, 19 de mayo de 2014

CAPÍTULO 8: DEMASIADO TIEMPO PARA PENSAR

Las 5 de la mañana.....estaba todo tan tranquilo que nadie diría que en cuanto dieran la señal todos se levantarían. Demyx admiraba la calidad y brillo de lo que ahora consideraba como su corazón, el color celeste de su instrumento tililaba bajo la tenue luz artificial con la que una pequeña bombilla bañaba la estancia.

Su insomnio no le permitía dormir, por lo que siempre intentaba planear algo que hacer durante las largas noches con el fin de no pensar en las malas sensaciones que encerraba en su interior, pero al final esa voz odiosa en su cabeza le hacía desechar la idea cada vez que le preguntaba: “¿Para qué lo vas a hacer? ¿Conseguirás algo bueno con eso?”

De modo que, en lugar de hacer lo que tenía planeado, se entretenía observando a Squall cuando éste, rendido, caía en su mundo onírico arropado por los cálidos brazos del sueño, capaces de llevarle a un lugar maravilloso estuviera donde estuviera. Esta vez tardó menos tiempo en dormirse que las anteriores noches, según tenía apuntado Demyx, pero el resultado siempre era el mismo.

Su respiración sonaba tan tranquila que relajaba a todo aquél que la escuchara, realmente parecía que nada podría traerle a la realidad; el rostro de Squall reflejaba la inocencia en estado puro, nadie podría tacharle de borde o asocial si le estuvieran viendo ahora mismo.

El hecho de observarle causaba una involuntaria envidia por parte de Demyx.....realmente habría dado lo que fuera por ser una “persona” de nuevo. No podía parar de imaginarse lo que podría estar pasando en la mente de Squall; ¿qué sería? ¿Estaría en su mundo real ahora mismo y no lo recordaría cuando despertase? ¿O estaba con alguien especial? El rostro inexpresivo de su compañero no le daba ninguna pista de que así fuera, lo que dificultaba las cosas.

Soltando un suspiro, se dejó caer de nuevo en el sofá al tiempo que hacía desaparecer entre burbujas su querido sitar; una profunda tristeza comenzó a invadir su mente, tal era la fuerza de su oscuridad interior que no pudo contener las silenciosas lágrimas, que ahora corrían libres por sus mejillas......total, ¿qué más daba? No había nadie allí que pudiera verle llorar, y el único que podría hacerlo se encontraba en un lugar inaccesible para él.

¿Por qué le había tocado a él sufrir de esa manera? Desde que puso los pies en el Distrito Tecnológico todo fue de mal en peor; tuvo la mala suerte de aparecer en la sede central de CIPHER, donde el científico del lugar le escogió como el siguiente de sus especímenes para comprobar si podía sacar provecho de él sin siquiera darle una oportunidad para negarse o escapar.

Según le contó aquél hombre, fue sometido a una serie de horribles experimentos y, en uno de ellos, tuvo la desgracia de perder la vida. Aunque no es capaz de recordar nada de lo que pasó durante la experimentación debido a que la muerte se cobra los recuerdos del fallecido en aquél mundo, sí que es capaz de recordar el artilugio que le quitó la vida; el dolor de la muerte cerrando tus ojos era tan fuerte que nadie podía librarse de su recuerdo aún habiendo muerto. Era el único vestigio que quedaba de la vida anterior cuando uno moría.

Minutos después, despertó en aquella mesa de metal, ahora manchada con su sangre, al igual que toda su ropa; podía recordar lo mal que empezó a sentirse en ese momento, no paraba de tocarse el lado izquierdo del torso “Algo falta.....me falla algo aquí......”

Tras unas exhaustivas pruebas, el científico comentó sin ningún interés que Demyx había perdido el corazón; se podría decir que ahora era un muerto en vida. Demyx notaba que no tenía apetito ni le apetecía dormir por las noches, algo oscuro empezaba a apoderarse de su cuerpo...algo a lo que le tenía un gran miedo. ¿Qué pasaría si algún día esa oscuridad salía de su interior? ¿Cuánta gente tendría que sufrir por culpa de su odio?

Debido a que el científico comprobó que Demyx carecía de poderes, decidió desecharlo y lo envió a los barrios bajos de Mute-City como si fuera un simple desperdicio. Recordó entonces la desesperación que le invadía, se sentía tan vacío que ya no sabía qué hacer; de modo que decidió abandonarse sin importarle lo que le pasara.

Entones, una pompa de agua comenzó a formarse delante de sus narices, ésta descendió y se colocó entre sus manos mientras comenzaba a adoptar una forma más alargada. El agua dejó paso a un bello sitar que Demyx cogió lleno de curiosidad, maravillado ante su color y el claro sonido que sus cuerdas emitían al tocarlas. Desde entonces siempre lo ha interpretado como el corazón que le arrebataron.

Demyx cerró los ojos al recordar aquello mientras esbozaba una leve sonrisa, aunque no sintió felicidad, ya que la falta de corazón se lo impedía, sí que se sintió mucho mejor; como si aquél sitar tuviera el poder de aplacar momentáneamente la oscuridad de su interior. Se secó las lágrimas con el dorso de la mano derecha y la llevó a su pecho como hacía siempre que nadie le veía.

- Algún día te recuperaré.....algún día.....volverás a tu lugar – se dijo susurrando para consolarse.

Poco después de acabar de autoanimarse, el móvil que estaba en la mesa comenzó a vibrar con la intensidad suficiente como para sacar a Squall de sus sueños, que se despertó de un sobresalto mirando algo confuso la estancia.

Demyx contestó rápidamente.


- Hola preciosa, has tardado en llamar. ¿No me echabas de menos? - añadió con una falsa pero creíble sonrisa en sus labios.

viernes, 16 de mayo de 2014

CAPÍTULO 7: AMIGOS ENTRE REJAS

- ¡Aaayyy! - gimió Jak tras notar un fuerte golpe en la cabeza.

Abrió los ojos perezosamente, como si estuviera durmiendo en el sitio más agradable del mundo; cual fue su sorpresa al recordar que unos soldados le habían capturado y le habían encerrado en una de las prisiones de aquél extraño edificio. Pero, ¿qué narices era ese sitio? El Lord.....¡sí, acababa de encontrarse con él! Y decía algo como que Jak había venido a espiarles o alguna tontería semejante.

Tras comprobar que los efectos de la droga habían desaparecido, comenzó a explorar con la vista y el oído aquél extraño lugar en el que ahora se hallaba. No paraba de oír gruñidos por todas partes, ¿habría más bestias allí? Lógico, este Lord al parecer las odia y por eso las capturó; y...¿quién es ese muchacho que le está observando en la celda de enfrente? Un momento......¡las dagas están a mis pies! ¿Sería eso lo que me había provocado este leve dolor de cabeza?

- ¡Hey, ¿estás bien?! - preguntó aquél joven – Pareces desorientado.

Tenía el pelo de un tono verde apagado sujeto en una coleta baja y le llegaba hasta la cintura, sus ojos de un verde acuoso observaban a Jak con preocupación y vestía una camisa blanca algo rota, la cual cobijaba una camiseta interior negra ceñida, unos pantalones beige y unas deportivas que hacían juego con su pelo.

- Eehhhh - ¿confiar o no? Simplemente le estaba preguntando, así que, ¿por qué no ser amables? Al fin y al cabo, aquél chico también estaba encerrado - Sí, estoy bien, sólo ha sido un golpe. Oye, ¿has visto quién ha sido?

El chico negó con la cabeza sin dejar de mirarle, parecía seriamente preocupado por él y Jak se sintió extrañado ante su reacción; sólo estaba enjaulado, como él.

De repente, escucharon cómo se abría la puerta que daba a las prisiones y el muchacho miró a Jak con más nerviosismo; movía la cabeza tratando se señalarle algo, hasta que al final cayó en la cuenta de que se estaba refiriendo a sus dagas. Tenía que ocultarlas como fuera, de modo que alargó las piernas y las arrastró hacia él para taparlas con el cuerpo.

Unos pasos tranquilos se acercaron a su celda, descubriendo a la persona que ahora le estaba observando. Parecía joven pero su atuendo le añadía un par de años más; tenía el pelo corto, pelirrojo, y lucía unas grandes gafas de sol negras con motivos grises. Por vestimenta llevaba una túnica grisácea con grandes mangas rojas y cuello alto del mismo color; su rostro era difícil de interpretar debido a que las gafas no le permitían a Jak observar sus ojos.

- Tú debes de ser el nuevo del que todos hablan, ¿no? - comenzó a decir; luego miró a su alrededor antes de continuar - Por favor, no seas cabezota, dime lo que el Lord quiere saber y te prometo que te dejaré marchar sin que te hagan ningún daño.

- Venga, vale, ¿dónde está el poli malo? - soltó Jak con desgana - ¿No os he dicho ya que no tengo ni idea de lo que me estáis hablando? Os estáis equivocando conmigo.

- No....tu no lo entiendes – contestó aquél hombre un poco......¿asustado? - Esto lo hago por tu bien, tú no tienes ni idea de lo que te harán si te sigues negando a hablar; aquí detestan a la bestias. Si te dejan en manos del científico a saber cómo acabarás, hazme caso. Por favor, dime cómo has entrado en este Distrito y por qué has venido.

- ¡¡Que os he dicho que no sé de qué me habláis!! - estaba exasperado, ¿es que nadie pensaba creerle?.

El hombre agachó la cabeza derrotado, aunque Jak parecía algo distinto al resto de bestias que se encontraban allí seguía siendo igual de testarudo que ellas. Ya no se le ocurría nada para intentar salvarle de los terribles experimentos que el científico llevaba a cabo con todo el que tuviera la mala suerte de pisar su laboratorio, y seguramente escogería a Jak como siguiente espécimen en cuanto le viera. Pero él no podía ayudar....Jak no se dejaba.

- Lo siento mucho.....ya lo he intentado todo para sacarte de aquí. Siento que las cosas acaben así......Espero al menos que no se pasen contigo.

Acabado el fallido interrogatorio, el hombre dio media vuelta y les dejó de nuevo a solas cerrando la puerta tras de sí. Increíble, aquí la gente iba totalmente a su bola y parecía que nadie iba a escuchar en serio a Jak...nadie, salvo aquél joven, que aún seguía mirándole.

- Gracias por no decirle nada sobre nuestro Lord; no es que me caiga muy bien, pero éste ha torturado a tantas bestias que merece perder esos estúpidos juegos – respondió algo animado.

- No, te equivocas; no es que le haya ocultado nada, ¡es que realmente no sé nada! - exclamó Jak desesperado.

- Oh, comprendo.......simplemente eres una víctima más – bajó un poco la voz al decirlo, como apenado – Hey, ahora que tienes las dagas, ¿crees que podrás soltarte?

¡Claro, las dagas! Se había olvidado por completo de ellas. Tras sacarlas de debajo de sus piernas comprobó con sorpresa que las cadenas y grilletes que le sujetaban estaban demasiado mal colocados, como quien ata algo con mucha prisa. Tiró un poco de ellos y éstos cedían sin mucho esfuerzo, por lo que se liberó rápidamente de las cadenas. Pero, ¿por qué le habían atado tan mal? ¿Y quién le había arrojado sus dagas sino había sido aquél chaval?

- ¡Genial, esto nos puede dar una oportunidad de escapar! - trató de acercarse más a la puerta de su celda, pero las cadenas que le sujetaban estaba al límite – Oye...¿cómo te llamas? Yo soy N.

- Jak – respondió él, que estaba ahora absorto observando lo que tenía justo a su izquierda.

A pocos pasos de él había una cama ocupada y al lado de ésta había una extraña máquina de la que salía un tubo acabado en una mascarilla gigante, la cual cubría casi todo el rostro de la persona que estaba aparentemente dormida. Sólo le asomaba un brazo por la fina sábana, al cual le habían puesto una vía; como si estuviera enfermo......

Movido por la curiosidad, Jak se aproximó a la persona para observarla más de cerca desoyendo las advertencias de N.

- Jak ten cuidado por favor, no tengo ni idea de si está bien - advirtió N - Antes le he oído gritar muy fuerte en sueños, no sé si está en sus cabales.

La máquina emitía una suave vibración, tan tenue que era difícil escucharla con los gruñidos de las demás bestias, pero eso a Jak no le importaba; tras observar detenidamente a la persona que yacía durmiendo, decidió desconectarla de la máquina, no le gustaba un pelo. La inspeccionó por todos lados y encontró lo que parecía el botón que la ponía en marcha.

Sin pensarlo, lo pulsó y esperó a ver si dejaba de oír la vibración que producía, indicando que la había detenido. Por suerte dio en el blanco a la primera y seguidamente procedió a quitarle la enorme mascarilla; era tan grande que sólo dejaba a la vista los ojos, aún cerrados, del muchacho y le rodeaba la cabeza por detrás con una correa; seguramente para asegurarse de que todo el gas que emitía ese trasto fuera respirado. Lo que no se atrevió a tocar, por si acaso la liaba, era la vía que tenía puesta en el brazo izquierdo; podría ser importante para él.

Una vez liberado pudo verle mejor la cara. Tenía el pelo plateado y largo, increíblemente largo, sus ojos durmientes estaban rodeados por un par de oscuras sombras, signo de que no había dormido nada, y su piel apenas tenía color.......¿sería lo que N le había dicho? ¿Un experimento de aquél científico? Se fijó entonces en el brazo que tenía al descubierto y observó con horror que le habían hecho un corte vertical que lo surcaba desde la muñeca y se perdía en la manga de la bata de enfermo que llevaba; alrededor de éste la piel se oscurecía con manchas negras.

- Dios mío....¿pero qué clase de gente hay aquí....? - dijo Jak en voz baja, más para sí mismo que para quien le estuviera escuchando – Tengo que despertarle.

Le cogió por los hombros y le sacudió con un poco de brusquedad para sacarlo de su sueño, pero no dio resultado y pensó que tal vez necesitaba un poco de tiempo para que se despertara. ¿Qué sería el gas que le estaban obligando a respirar....?

- Lo.......siento.......

Jak le miró rápidamente y comprobó que aquél hombre estaba hablando en sueños; los dedos de la mano izquierda comenzaron a moverse dando la impresión de que intentaba sujetar algo, pues los abría y cerraba con lentitud. Su ceño se frunció levemente, parecía estar sufriendo y Jak no podía hacer nada para sacarlo del mundo onírico en el que estaba sumergido; el sólo hecho de verlo en ese estado hacía que se le partiera a uno el alma en 2, y más contando con las palabras, imágenes y recuerdos del pasado de esa persona que empezaron a llenar la mente de Jak.

Al igual que pasó con Tecno, Alhem y Elyze, Jak también tenía la capacidad de traer a su mente recuerdos y vivencias de la persona que tenía delante de forma involuntaria. ¡Qué don más extraño! Aunque eso no hizo que se sintiera mejor, pues cuanto más cosas le venían a la mente, más rabia le daba no poder ayudarle. Era casi un conocido para él, un aliado; pues estaba encerrado en una prisión, como él.

- …..Sefirot..... - comenzó a llamarle con un susurro – Levántate......Sefirot.

- ¿Alguna novedad, Jak? - preguntó N, se le notaba algo preocupado.

- No se despierta, le he quitado el trasto que tenía en la cara y nada – resumió él - ¿Qué narices le están metiendo en el cuerpo?

- No lo sé, pero por si acaso no bajes la guardia. No digo que vaya a hacerte algo, pero los soldados dijeron que venía del laboratorio y todo el que sale de allí acaba trastornado – le advirtió él - ¿Oyes esos gruñidos? Son las bestias que capturaron y todas pasaron por manos del científico, estate alerta.

Justo cuando acabó de hablar, el hombre a quien Jak había llamado Sefirot comenzó a abrir los ojos muy lentamente; se notaba que le estaba costando mucho trabajo pero al final consiguió abrirlos del todo. Miraba a Jak sin verlo realmente, se le notaba confuso y desorientado y observaba cada rincón de la habitación sin prestarle realmente mucha atención; cómo tendría que tener la mente en estos momentos para actuar así. Su respiración era entrecortada y boqueaba para buscar el máximo de oxígeno posible, como si se estuviera ahogando.

- Hey, ¿puedes oírme? - preguntó con preocupación - ¿Estas bien?

Apenas sí podía hablar y su mano empezó a temblar involuntariamente, Jak se la agarró con firmeza mientras intentaba convencerle de que todo saldría bien; su mirada logró captar la atención del muchacho, que se la sostuvo como si fuera su salvación, como si de no hacerlo volviera a caer en el sueño del que había salido.

Jak se fijó en que la bata blanca de enfermo que llevaba tenía el cuello manchado con unas gotas de....¿sangre? ¿Qué era el hombre que le había hecho esto? ¿Un científico o un carnicero? Gruñó fuertemente pensando en lo horrible que habría tenido que ser para Sefirot estar en manos de ese desalmado y se juró mentalmente que si le encontraba le haría pedazos.

Un movimiento de éste le distrajo de sus pensamientos, de debajo de la sábana la otra mano se estaba moviendo en dirección a su brazo izquierdo acompañado de pequeños ruiditos que salían de su boca; parecía estar indicándole algo, algo que Jak captó rápidamente. De un tirón sacó la vía de su brazo, que comenzó a sangrar, y arrancando un trozo de tela de la sábana le hizo una venda improvisada que usó para que se cortara la hemorragia. Él seguía temblando, pero asintió con la cabeza agradecido por su gesto; luego trató de levantarse sin mucho éxito, pues apenas conseguía separar la cabeza unos centímetros de la almohada.

Jak le echó una mano ayudándole a sentarse y él apoyó la espalda en la pared que tenía pegando al lado derecho de la cama; aún le costaba respirar, pero al menos ya no boqueaba para hacerlo, parecía que se estaba recuperando un poco, aunque lentamente. Pero lo que más alarmó a Jak fue ver que el resto de la bata estaba completamente manchada de sangre, las gotas del cuello eran tan solo la punta del iceberg; por suerte la sangre estaba seca, lo que indicaba que se lo habían hecho antes, pero eso no tranquilizó a Jak, sino todo lo contrario.

Miró a su alrededor de nuevo y pudo descubrir un traje negro colgado el la pared de enfrente, justo al lado de la máquina; y, en el otro extremo de la habitación estaba la espada más larga que había visto en su vida. En el momento en que la vio apareció en su mente el nombre de esta katana como si la conociera de toda la vida: se trataba de Masamune, y su dueño estaba justamente sentado a su derecha tratando de recuperar el aliento y la conciencia.

Sin pensarlo, se levantó de la cama y se acercó a la imponente espada, que yacía apoyada a la pared verticalmente, y la tomó para acercársela a su dueño. ¿Cuánto mediría? ¿Metro y medio? ¿Dos metros?

Alarmado ante su acción, N le gritó que no lo hiciera, que podría ser peligroso si aquél hombre decidía acabar con su vida; pero Jak desconfirmó sus temores diciéndole que si estaba encerrado era de los suyos y que por alguna extraña razón confiaba plenamente en esa persona.

La razón no tan “extraña” era que simplemente empezaba a saber todo de su vida gracias a su don de atraer a la mente eventos del pasado de aquella persona y aunque sabía que aquél hombre había hecho cosas verdaderamente horribles durante su estancia en el mundo del que venía, allí era una persona completamente diferente. Allí era......como si hubiera vuelto a nacer, porque no tenía recuerdos de su pasado.

Dejó a Masamune en el regazo del hombre y esperó a ver si reaccionaba, pero lo único que hizo éste fue cubrirse la cara con manos temblorosas; como tratando de recordar.

- ¿Cómo me llamo? - preguntó de repente; Jak contestó sin vacilar.

- Sefirot.

- ¿Dónde.....estoy? - volvió a preguntar, era como si tratara de empezar desde el principio para poner todo en orden en su cabeza.

- Pues en una prisión......no estoy seguro del edificio – tras aclarárselo N, respondió – en la sede de CIPHER S.A.

- …..Entiendo.......- parecía que empezaba a acordarse de algo, lo que indicaba que posiblemente no le habían matado; sólo tenía que acordarse de lo vivido allí, pero su mente estaba algo turbia en ese momento – Déjame.......unos minutos......

Preocupado por su estado, Jak trató de preguntarle a Sefirot qué le había pasado pero éste reiteró su respuesta, necesitaba un poco de tiempo en silencio para recordarlo todo paso a paso.

Poco a poco las cosas empezaron a ordenarse.......entró allí para conseguir información sobre el artefacto.....¿qué pretendía hacer con él? ¡Ah, sí! Quería usarlo para liberar a las personas de este mundo y devolverlas a sus lugares de origen....y, ¿qué pasó entonces?

Claro....le descubrieron y le apresaron.........eran demasiados soldados y él.....él estaba solo. Pero tenía aliados.......sí....Snake podría ayudarle a salir de allí, seguro que ya estaba tramando un plan......pero el chico que está allí con él no es Snake.......¿Qué pasó cuando le apresaron?

Una camilla de metal.......muchos instrumentos brillantes y afilados.......y dolor, sobretodo dolor.....

Me siento mareado......me encuentro mal......pero al menos tengo mis recuerdos.....al menos no me los han arrebatado........”

miércoles, 14 de mayo de 2014

CAPÍTULO 6: CONOCIENDO A "AVALANCHA"

- Atacaremos esta misma noche – comenzó a decir Snake – pero primero debemos esperar a que nuestro contacto interno nos dé la señal para poner en marcha nuestro plan.

>> Una vez halla llamado a Demyx, saldremos de la base para dirigirnos a un furgón de armas camuflado que conducirá otro de nuestros aliados. Tras pasar 2 aduanas, llegaremos a Shadow Moses, la parte rica del Distrito Tecnológico, y nos dividiremos en 2 grupos; habrá otro furgón esperándonos, colocado precisamente para ello. Éste lo conducirá el que ahora mismo falta.

A partir de aquí, los grupos partirán con la siguiente misión: los que se queden conmigo en el primer furgón entraremos en la sede central de CIPHER por la puerta principal disfrazados con trajes de soldados, nuestro objetivo será el de encontrar una de las 2 claves necesarias para entrar en la habitación donde se custodia el artefacto.

El segundo grupo avanzará rodeando el complejo por la muralla hasta llegar a una zona donde hay unas enredaderas lo suficientemente resistentes como para que una persona suba por ellas; entonces, guiados por Luigi, entraréis en el edificio por las tuberías y volveréis a separaros en otros 2 grupos: uno de ellos se encargará de entrar en las prisiones y liberar a Jak junto a todos lo que haya allí, mientras que al otro grupo le tocará buscar la segunda clave en la librería de la sede central.

Una vez terminado el trabajo, y con el artefacto en nuestras manos, saldremos de allí volando CIPHER por los aires con el mayor de nuestros explosivos para que no quede nada más.

¿Alguna pregunta? - concluyó al fin.

Todos habían comprendido el plan perfectamente a la primera y se veía tan organizado que a nadie se le ocurrió algún fallo que resaltar.

Justo después de terminar la explicación, la puerta del almacén se abrió una vez más para dejar entrar al joven que les había “guiado” hasta allí; quien sin mirar a ninguno de los presentes, se sentó de lado en el sillón que había a la izquierda de los monitores de forma que sus piernas quedaban colgando sobre uno de los reposabrazos y el resto del cuerpo se apoyaba en el respaldo.

- A buenas horas vienes, más vale que te sepas de memoria el plan que vamos a poner en marcha esta noche – Snake parecía bastante mosqueado pero el chico mantuvo la posición sin dignarse a mirarle a los ojos – Él es Squall, el más nuevo dentro de “Avalancha”, y también el más cabezota y aislado; tendréis suerte si conseguís que os diga algo medianamente educado durante la misión.

- No lo adornes Snake, ya sabemos que está un poco amargado – añadió Demyx tratando de suavizar la situación con una de sus bromas, pero no le salio muy bien; Squall el lanzó una mirada de profundo odio mientras Luigi trataba de contener una leve risita – Vale vale, las bromas no son lo mío.

Snake miró de nuevo al grupo para comprobar si alguien tenía alguna duda con respecto al plan pero viendo que todos estaban más que dispuestos para actuar esa noche, decidió dar por terminada la reunión con unas últimas palabras.

- La única cosa que sí os voy a exigir....... – su tono se volvió muy severo conforme hablaba – es máxima lealtad. Si confiamos los unos en los otros es muy posible que esta noche salgamos con el artefacto en las manos; no olvidéis nunca que lo que hace que funcionen las cosas es la confianza mutua de los miembros de un grupo. Así pues, espero eso mismo por vuestra parte.

Squall resopló con sorna tras haber escuchado el discursito de Snake, si de verdad pensaba que iba a hacer que él confiara en los que estaban en aquella sala con un par de palabras bonitas es que o era más tonto de lo que pensaba o no le conocía bien. En esta ocasión resultó ser lo segundo, ya que Squall no tenía intención de poner su vida en manos de 4 o 5 incompetentes que ni si quiera se conocían entre ellos lo suficiente como para hablar de “confiar los unos en los otros”; y ni aunque así fuera iba a permitirlo, si había sobrevivido hasta el punto de no haber muerto nunca en aquél Distrito había sido por sus propios méritos y no gracias a ellos.

- ¿Algún problema? - le espetó Snake, aún seguía cabreado con él.

- Eres demasiado soñador, se nota que necesitas que te maten más veces para que bajes de las nubes – respondió Squall, sin un ápice de compasión – Si por ti fuera ya estaríamos todos sin recuerdos.

- Tan empático como siempre Squall; no tengo tiempo para esto – comenzó a retirarse hacia la puerta del fondo, no sin decir antes – Esta puerta conduce a los dormitorios, tenemos literas, por lo que hay sitio para todo aquél que quiera dormir un poco antes de la misión.

Tras esto, entró y cerró con cuidado para no despertar a quien estaba durmiendo dentro. Demyx pareció alegrarse de tener más compañía esa noche de la que le hacía Squall; por lo que, interesado en sus nuevos compañeros, comenzó a entablar conversación con ellos.

- Huelga decir que no sois de aquí, ¿verdad? - dijo refiriéndose a Alhem y Elyze, que también le miraban curiosos – Tenéis una pinta bastante notable, ¡me gusta!

- Bueno, podríamos decir lo mismo de vosotros – dijo Alhem, luego señaló a Squall - ¿Siempre está de tan mal humor?

- Sí, desde que le conozco y, la verdad, me alegra teneros hoy conmigo; no es que dé mucha conversación y la mayoría del tiempo se lo pasa insultándome cuando trato de hablar con él. ¿No es cierto, Squally? - dijo mirándole siempre acompañado de una sonrisa, a lo que Squall respondió con un gesto grosero de la mano – ¡Oh, venga tío! Relájate un poco, ¡sólo bromeo!

Por extraño que pareciera, tanto a Tecno como a Alhem y Elyze les resultaban todos un tanto familiares; cada vez que se quedaban mirando a uno de sus nuevos compañeros comenzaban a bailarles en la mente cosas que hacían referencia a la persona que tenían delante, desde nombres de personas de su pasado hasta definiciones o fechas. Era como si los conocieran de toda la vida a pesar de que esa era la primera vez que los veían, la sensación era tan extraña como...¿natural?

Con el fin de descubrir si los eventos que tenían en la mente sobre aquellas personas eran ciertos o no; Alhem decidió ser el primero en preguntar.

- Conque Luigi, ¿no? - éste le miró de repente, su cara denotaba un poco de cansancio pero podría aguantar un rato más despierto – Tú tenias un hermano, ¿verdad? ¿Cómo se llamaba? ¿Mario, tal vez?

En el momento mismo en que terminó de pronunciar su nombre Luigi palideció, algo oscuro estaba pasando por su mente en esos instantes, pues bajó la cabeza y se quedó quieto en el sitio frotándose las manos con nerviosismo creciente; los dedos se entrelazaban tanto por la tensión que luego le costaba separarlos de nuevo.

- ¿Qué pasa? ¿He dicho algo malo? - Alhem sabía que había dado en el clavo, desde luego que Luigi tenía un hermano, pero lo que no se esperaba era la reacción de éste al escuchar su nombre.

- Oh, bueno.....es que él siempre reacciona así cuando se le pregunta eso – Demyx miró con algo de lástima a su compañero, que ahora era incapaz de pronunciar palabra alguna – Pero no os preocupéis, se le pasará volando. Siempre se recupera, es fuerte.

Agradecido por las palabras, Luigi esbozó una pequeña sonrisa durante una fracción de segundo y luego volvió a su compulsivo movimiento de manos sin poder remediarlo; tardaría un rato en volver a la normalidad. Squall siguió mirando al infinito perdido en sus pensamientos como si no hubiera nadie allí, mientras que Tecno se acercó a Luigi y posó su mano en el hombro de éste intentando darle fuerzas.

- Bueno, ¿y qué hay de ti? - dijo Elyze, que hasta ahora no había abierto la boca - ¿Siempre tienes que hacer guardia?

- Sí, un trabajo bastante aburrido, pero al menos no tengo que levantarme del sofá – rió alegremente – Por suerte hasta ahora no nos han descubierto nunca.

- Comprendo, entonces te toca dormir por el día, ¿no? - continuó ella.

Demyx no pudo contenerse y volvió a reír sin freno durante un rato, parecía tan alegre.....

- ¿Dormir? Yo no entiendo de eso, de hecho creo que no he dormido nunca – luego se incorporó acercándose a Elyze con cara de infinita curiosidad - ¿Qué se siente al soñar? Tiene que ser maravilloso, y parece que la gente se divierte un montón cuando sueña.

- Espera, ¿me estás diciendo que no has soñado nunca? ¿Cómo es eso posible? Todo el mundo tiene que dormir alguna vez, es algo tan vital como comer – Elyze no podía creer lo que su compañero estaba diciendo. ¿Le estaría tomando el pelo?

- Tampoco como, ¡soy de lo más económico chicos! - él siguió sonriendo como si hubiera dicho una tontería – La explicación es bien sencilla Elyze, te lo mostraré.

Alargó la mano y con un gesto pidió la de ella para que se la ofreciese, cosa que hizo con la misma lentitud; cuando ya la tenía, se la acercó al lado izquierdo del pecho y esperó a que ella notara aquello que él quería mostrarle. Esperaron unos minutos en silencio, Alhem miraba con creciente curiosidad y Luigi se atrevió a levantar la cabeza algo más recuperado para observar la escena.

- ….....Ni siquiera respiras...... - dijo ella algo asustada – y no consigo notar tu......

- Exacto – contestó él con la misma alegría – lo has adivinado señorita, no tengo corazón.

- ¿Que no tienes corazón? ¡Venga ya! ¿Eso quién se lo cree? - Alhem se acercó a su nuevo amigo – Déjame probar a mí, seguro que con esa gabardina no se puede notar nada.

Alhem alargó la mano y, utilizando los dedos índice y corazón, los pegó al cuello de Demyx para tratar de tomarle el pulso; un pulso que nunca apareció por más que intentaba encontrarlo. Incluso se podría decir que su piel estaba algo fría para la temperatura que había dentro de aquella habitación. Tecno permaneció callado a la espera de alguna respuesta.

- Te lo dije, ¡no tengo! O, por lo menos, si lo tengo no está donde vosotros lo tenéis – sus palabras confundieron un poco a Alhem; Elyze tampoco podía dejar de mirarle curiosa junto con Tecno – Veréis, esto.........es mi corazón.

Sin perder la sonrisa, colocó sus manos una frente a la otra y, de la nada, comenzó a surgir una pequeña pompa de agua cristalina que crecía a cada segundo tomado una forma alargada; el sonido que producía el líquido al acumularse era tan agradable que hasta Squall se relajó levemente cerrando los ojos durante unos instantes.

Poco después la pompa estalló y de ella surgió un sitar celeste que Demyx agarró con firmeza mientras se lo mostraba a sus nuevos amigos, que lo observaron maravillados por su belleza; Elyze pinzó con sus dedos un par de cuerdas, que emitieron un sonido tan claro como.....¡el agua misma!

- ¿Qué os parece? Bonito, ¿verdad? - dejó que lo cogieran mientras observaba sus reacciones - No me preguntéis cómo lo he invocado, simplemente vino justo en el momento en el que lo necesité y desde entonces lo considero como el corazón que me falta; siendo el agua que manejo como mi propia sangre.

- Entonces...¿con esto invocaste a las criaturas que salvaron a Alhem y Elyze? - preguntó Tecno interesado.

- Ummm bueno, digamos que a veces ni yo mismo controlo lo que hago – contestó con sinceridad, encogiéndose de hombros – cuando me pongo a tocar, me invade una extraña fuerza y soy capaz de hacer cualquier cosa. Yo mismo me sorprendí al ver lo que acababa de hacer, y menos mal que lo hice; sino no estaríais aquí ahora.

- Resulta extraño en cualquier caso – Tecno le devolvió el sitar con sumo cuidado, como si estuviera hecho de cristal – y, ¿no te aburres aquí sin dormir?

- ¡Oh sí, envidio mucho a los demás en ése aspecto! - se acercó un momento a Tecno para susurrarle lo siguiente – Pero parece ser que Squall está empeñado en aguantar tanto como yo o algo parecido, porque siempre se ha quedado aquí conmigo tratando de no dormirse. Aunque, si te soy sincero, cada vez aguanta menos.

Se remangó un poco la manga derecha y, del guante negro, sacó un pequeño papel; había escrito las horas que Squall había tardado en dormirse durante aquellos días en forma de lista y, conforme iba descendiendo en ella, el número era cada vez menor. Luego se llevó un dedo a los labios para que no dijera nada y trató de contener la risa sin mucho esfuerzo.

Elyze, preocupada por la ausente actitud de Squall, decidió tratar de hablar con él mientras Tecno y Alhem jugaban con Demyx a una partida de dados en la que él quería apostarse un corazón, medio en broma medio en serio. Luigi fue el único que no la perdió de vista; había parado de entrelazar los dedos y se le notaba mucho más tranquilo que antes.

Ella se colocó en frente de él pero Squall no tenía ninguna intención de mirarla a los ojos; como ella tampoco abría la boca, pues esperaba a que fuera él quien dijera algo, no tuvo más remedio que comenzar.

- ¿Qué? - fue lo único que dijo, su tono era tan brusco que se le quitaban a uno las ganas de hablar con él, pero Elyze no se iba a rendir tan fácilmente.

- Creo....que deberías abrirte un poco a los demás, no me parece bien que te aísles si vamos a trabajar juntos en unas horas – dijo ella a la espera de que sus palabras hicieran mella en él.

- ¡Qué bonito, ahora tengo una consejera! - se burló él – No tengo la más mínima intención de hablar con vosotros de nada que no tenga que ver con la misión. ¿Algo más?

Elyze vaciló unos segundos, realmente estaba siendo difícil tratar de sacarle algo o intentar que hablara un poco con los demás ya que no estaba poniendo nada de su parte y a ella no se le ocurrían muchas cosas que decir, eso si dejamos al margen todos los nombres de la vida del muchacho que de repente llenaban su mente. ¿Sería prudente comentarle algo al respecto? Si era cierto que él no tenía apenas recuerdos de su pasado, según le había dicho Snake hace unos minutos, tal vez se sintiera más aliviado si ella le revelaba algunas cosas. Pero no estaba muy segura......quizás era demasiado pronto para eso.

- Venga Squall, que sólo intenta hablar contigo – soltó Demyx en el mismo tono bromista, pero de nuevo su comentario fue respondido con una grosería por parte del otro, por lo que decidió rendirse – Déjale Elyze, es difícil hablar con él. Cambiando de tema; Alhem, ¿cómo sabías que Luigi tiene un hermano?

Éste volvió a palidecer, pero también fijó la vista en Alhem, al igual que todos los presentes salvo Squall, que seguía dándole vueltas a algo en su cabeza al tiempo que sujetaba su colgante palpándolo con cuidado.

- Estoo....... - se sintió acorralado por unos segundos y las miradas de Tecno y Elyze le hicieron saber que posiblemente ellos también sabían que Luigi tenía un hermano llamado Mario. ¿Habría sido demasiado imprudente al haber revelado incluso su nombre? Sólo se le ocurrió una excusa algo barata para defenderse – ¡Es magia!

- ¿Magia? - respondió Tecno; ¿en serio pensaba que Demyx se iba a tragar semejante estupidez? - ¿Es eso todo lo que se te ocurr...?

- ¿Magia? ¿En serio? ¿Puedes hacer magia para encontrar recuerdos? - Demyx estaba tan entusiasmado que casi se levanta del sofá - ¿Puedes probar conmigo? Llevo un tiempo dándole vueltas a algo pero no consigo encontrarle significado.

Elyze y Tecno se miraron incrédulos, ¡le había funcionado! Ni siquiera Alhem consiguió creerse que su propia mentira le estaba salvando el culo.

- Eeeh...claro, claro. A ver, ¿qué te preocupa? - decidió continuar con sus trucos; si con eso estaba ayudando a Demyx a recordar un poco de su pasado tampoco le estaba haciendo ningún mal después de todo, ¿no?

- No paro de ver números en mi cabeza, sé que significan algo pero no estoy seguro de lo que son o por qué están ahí; como si me tuvieran numerado o si hubiera un número concreto para cada cosa – Demyx le miró con la esperanza de que aclarara su dudas.

Y así fue, en el momento en el que terminó de exponer su problema, aparecieron el la mente de los 3 muchachos varios números, pero los símbolos eran de números romanos. Poco a poco fueron pasando rápidamente del I al II y luego al III, descartando cada uno de ellos con una precisión tan exacta que hasta ellos mismos se sorprendieron; el único que parecía más perdido era Tecno.

- Eeh......¿13? - dijo Alhem finalmente, pero poco convencido.

Segundos después, Demyx pudo reconocer perfectamente que ese número era importante en su vida, o lo fue en su pasado; lo que empezó a afectarle haciendo que cambiara de un rostro animado a uno pensativo.

- Organización XIII – añadió Elyze mejorando la afirmación de Alhem, quien la secundó asintiendo con la cabeza.

- Sí.....me suena muchísimo........pero no sé muy bien por qué – miró pensativo hacia ninguna parte al tiempo que se rascaba la sien - ¿13? ¿13 qué? Ufff, esto es difícil.....

- ¿Y si te digo el 9 te parece mejor? - especificó ella con buenos resultados, se la veía contenta de poder ayudar.

- ¡Sí, ése me suena muchísimo más! - su euforia era tal que tuvieron que chistarle para que bajara la voz; segundos después ya tenía la boca tapada por sus propias manos. Luego añadió en voz más baja – Ése número me suena aún más; pero en serio, ¿cómo lo estáis adivinando?

- ¡Magia! - contestaron al unísono Alhem y Tecno; Elyze esbozó una sonrisa divertida y Demyx comenzó a reír de nuevo, parecía que se lo estaba pasando bien.

- ¿Sois tontos o es que ya nacisteis así? Sólo estáis diciendo números al azar y él os está siguiendo la corriente – interrumpió Squall, aún sin mirarles.

- No, te equivocas; todo lo que dicen es cierto, lo noto dentro de mí. Sé que es cierto Squall.

- ¿Ah sí? - continuó él, ahora sí les estaba observando con sus ojos azules – A ver si podéis responderme a esto con tanta “precisión” como lo habéis hecho con Demyx. ¿Qué es un seed?

Tecno y Alhem rebuscaron en su mente para tratar de hallar la respuesta entre el mar de eventos que surgían confuso, pero Elyze ya sabía la respuesta y no tardó en contestar su pregunta.

- Un seed es una unidad militar creada principalmente para combatir a las brujas – su respuesta fue tan clara como escueta.

Sin poder impedirlo, Squall se centró en Elyze, que le observaba cándidamente como haciéndole ver que no era tan opaco como quería mostrarse ante los demás. Su incredulidad era tal que no pudo mantenerle la mirada a Elyze durante más tiempo, por lo que agachó la cabeza, aún con la sorpresa en sus ojos, y se quedó mudo pensando el lo que ella le acababa de revelar; una parte de su pasado que ya creía olvidada para siempre acababa de resurgir rompiendo todas las barreras que Squall se encargó de reforzar para que las dudas que sembraba su mente no volvieran a perturbarle de nuevo. ¿Cómo era posible que ella le hubiera dado en cuestión de segundos la respuesta a una pregunta que se estaba haciendo desde que despertó en aquél Distrito?

- Vaya, nunca le había visto con esa expresión – comentó Demyx - has debido dar en el clavo Elyze.

- Bueno, eso le mantendrá ocupado unos segundos – respondió Tecno – Yo, si no os importa, creo que ya he tenido suficiente y quiero estar listo para lo que nos venga.

- Joooo, ¿ya os vais? Pensé que podríais aguantar un poco más – se le notaba algo triste pero a la vez sabía que no podía ganar su lucha contra el sueño que poco a poco se estaba apoderando de ellos.

- Lo siento Demyx, luego seguimos hablando – prometió Elyze.

- Vale, me rindo, no se puede hacer nada contra eso. Dormid bien, ¡y luego contadme lo que habéis soñado!

Elyze le respondió con una sonrisa y luego miró a Squall como despidiéndose de él; la ojerosa mirada del muchacho no pudo apartarse de ella hasta que hubo entrado en la habitación del fondo. Era verdad.....ellos podían encontrar respuestas a sus dudas en cuestión de segundos, y les resultaba tan fácil que casi ridiculizaban todos los esfuerzos que hacía él por las noches.

- Es que....¿hago algo mal?...... - dijo en voz baja, más para sí mismo que para Demyx, quien creyó que esta vez era mejor guardar silencio para respetar su intimidad.


Porque todos hablamos solos de vez en cuando.......