miércoles, 8 de junio de 2016

CAPÍTULO 12: SEGUNDO GRUPO, DIVISIÓN (RESUBIDO)

- Estamos llegando al muro, id preparándoos – dijo Squall cortando el silencio con el mismo tono de siempre.

Aunque fuera seguía estando oscuro, la luna conseguía arrojar la suficiente luz como para poder visualizar sin problemas lo que tenían delante; en la lejanía un alto muro metálico se extendía unos cuantos metros rodeando el gran edificio de CIPHER S.A., del que se podía apreciar sus luces artificiales.

Minutos después, Squall frenó en seco, bajó del furgón y echó a andar hacia la alta tapia casi sin esperar a los demás; parecía tener demasiada prisa, incluso sabiendo que debía ser sigiloso para que no lo detectaran. Sus ojos no se despegaban del enorme edificio, parecía tan absorto en él que Elyze creyó que ni si quiera repararía en que no estaba solo en ese momento; segundos después salió de sus pensamientos y miró hacia atrás para asegurarse de que el resto del grupo les seguía.

Alhem abandonó el furgón de un ágil salto seguido por Luigi, que caminaba despacio y temeroso mirando en todas direcciones; Cloud fue el último en bajar del vehículo. En el momento en que puso los pies en la tierra inspiró hondo y echó lentamente el aire por la boca sintiéndose mucho mejor, Alhem le lanzó una mirada furtiva para recordarle la advertencia que le hizo en el furgón y Cloud la acogió adoptando de nuevo una expresión seria, quizás demasiado seria.

Era como si cada vez que el elfo le mirara estuviera retándole o amenazándole, pero esta vez Cloud estaba preparado y no iba a echarse atrás mientras hubiera personas que proteger......y mucho menos ahora que estaban tan cerca de obtener el artefacto para salvarlos a todos.

Todos avanzaron con paso ligero entre las sombras que proyectaba la luz nocturna y, finalmente, llegaron sin problemas hasta el enorme muro; y allí estaba la gruesa enredadera, tal y como les había indicado aquél contacto interno. Al menos parecía que era de fiar de momento, ya que hasta ahora todo lo que le habían dicho se estaba cumpliendo a la perfección a pesar del pequeño altercado con los soldados de la aduana.

En cuanto Squall hubo comprobado su resistencia dando un par de fuertes tirones, comenzó a trepar por la planta seguido de cerca por Elyze, quien parecía de todos la que mejor se había acostumbrado a aquella oscuridad; el elfo les siguió después y Cloud iba cerrando la marcha.

Fue Luigi quien más problemas tuvo a la hora de subir por la enredadera, pero por suerte tenía detrás a su querido amigo de ojos brillantes, que en agradecimiento a la ayuda prestada cuando estuvo mareado, le daba pequeños impulsos con la mano y le indicaba dónde podía encontrar un mejor soporte para seguir ascendiendo; incluso le desenredó una rama con la que se había enganchado su zapato derecho. Elyze le sujetó las manos y tiró de él cuando ya estaban en lo alto del muro y Luigi le dio las gracias asintiendo en silencio mientras permanecía agachado para no llamar la atención.

Desgraciadamente para él, la enredadera sólo había crecido en la parte exterior, lo que explicaba el por qué los soldados no se habían percatado de su existencia; esto conllevaría a tener que valerse de sus habilidades para descender sin armar mucho jaleo, algo que no se le daba muy bien.

Desde lo alto podía percibirse sin problemas todo el interior del recinto; 3 grandes contenedores yacían en el suelo ocultando más a lo lejos una pequeña caseta en la que había dos soldados montando guardia. A la izquierda se encontraba la entrada principal de CIPHER S.A. y, como era de esperar, allí la vigilancia era muchísimo mayor que en la parte en la que ellos se encontraban.

Squall fue el primero en descender, se dejó caer apoyado en la pared y, cuando calculó que la distancia era prudente, dio un pequeño salto hacia el suelo y echó a correr lo más silenciosamente que pudo. El peso de Elyze era tan liviano que casi parecía estar volando, pues se deslizó hacia el suelo como si de un fantasma se tratase, sin hacer el menor ruido, y siguió el ritmo de Squall sin el menor problema.

Alhem usó hábilmente sus agujas como apoyo mientras que Cloud tuvo que cargar con Luigi, quien se veía prácticamente incapaz de salvar aquella altura debido al miedo; si estuviera en condiciones normales y sin esa presión podría haberlo hecho sin vacilar, pero no se atrevía por si flaqueaba en el último momento y alertaba a los guardias.

Él se disculpó con Cloud por haber tenido que echarle una mano durante todo el camino pero una sonrisa suya le hizo entender que se sentía bien sabiendo que había servido de ayuda; era como si el mero hecho de proteger o socorrer a los demás le diera vida, probablemente si algún día se viera a sí mismo como alguien inservible sentiría tal culpa que no podría soportarlo.

De hecho esa era la meta que Cloud se ponía cada día, si al caer la noche había conseguido salvar a alguien con sus acciones o protegerlo de algún peligro estaba seguro de que podría dormir tranquilo; pero si no lo conseguía o si por el contrario incluso había estorbado a alguien sin pretenderlo, la culpa que le corroía por dentro era tal que conseguía mantenerlo despierto, por mucho sueño que tuviera.

Pensándolo con frialdad, una sola duda en su cabeza poseía la fuerza suficiente como para mantenerlo ocupado horas o incluso días tratando de darle un sentido, pues aunque en muchas ocasiones parecía bastante sensato, la cruda realidad era que en el fondo ni él mismo estaba muy seguro de sus propias decisiones. Su mente siempre la frecuentaban preguntas como: “¿Estaré haciendo lo correcto? ¿Será ésta la mejor forma de solucionar las cosas?” Pensar demasiado a veces puede llegar a ser autodestructivo......

El grupo se aproximó con éxito hacia donde estaban los 3 contenedores y Luigi se acercó al punto central que formaban; los soldados los habían colocado de cualquier manera sin darse cuenta de que desde esa perspectiva eran incapaces de ver si había alguien rondando por ahí ya que uno de los contenedores les tapaba algo de visión.

Mientras Luigi abría la tapa de lo que parecían unas tuberías, Alhem, curioso, pegó el oído a uno de los contenedores para saber si dentro había algo vivo; un aterrador silencio fue lo que obtuvo por respuesta, si no había nadie, ¿qué era lo que guardaban allí?

- ¡Eh tú! No te quedas atrás – susurró Squall antes de meterse por el agujero de la tubería; ahora quien guiaba al grupo era Luigi ya que se conocía perfectamente la red de tuberías que corría por debajo del enorme edificio.

Cloud estaba esperando a que el elfo entrara para cubrirles de nuevo, cosa que hizo, no sin antes volver a mirarle de ese modo; “Me está retando otra vez.......no pienso darle ninguna oportunidad de verme flaquear si es lo que pretende”.

Una vez estuvieron dentro, avanzaron un poco agachados por el largo y oscuro pasillo confiando en el criterio de Luigi; si se equivocaba en alguna bifurcación podrían acabar peor de lo que creían, de modo que le dejaron vía libre, pues parecía estar muy seguro de lo que estaba haciendo.

Cuando llevaron un rato caminando, se encontraron con otra bifurcación y Luigi se detuvo entre medias, como dando a entender que ahora tendrían que elegir.

- Por la derecha se va a las prisiones y por la izquierda a la biblioteca del edificio – dijo en voz baja, como temiendo que alguien pudiera oírles ahí abajo; cosa que era realmente imposible debido.

- Yo voy a la biblioteca, no es mi problema que hayan capturado a otras personas – contestó Squall tajante y se acercó a la tubería izquierda.

- Ummm....¿y nosotros qué hacemos? - preguntó Elyze a Alhem, que tampoco llegaba a decidirse.

- Yo iré a salvar a vuestro amigo Jak – comentó Luigi.

Cloud miró de reojo a Squall y éste le devolvió la mirada con seriedad; su expresión indicaba claramente que no quería que fuera con él por alguna extraña razón, por lo que acabó acercándose a Luigi indicando que también iría a salvar a la gente de la prisión.

- Vaaale, entonces yo también me voy con ellos – dijo al final el elfo – Quién sabe lo que podría pasar si les dejo solos.

Luigi y Cloud se echaron una mirada divertida entre ellos; sólo eso bastó para saber que confiaban plenamente el uno en el otro y que si alguno estaba en peligro siempre irían a salvarse.

- Esto.....yo.... - comenzó a decir Elyze; Squall la estaba mirando como si esperara que le siguiera, cosa que hizo al final – Iré contigo, Squall.

Tras oír su decisión, echó a andar sin perder un segundo y Elyze tuvo que correr un poco al principio para llegar a su altura; mientras, los demás continuaron por el otro camino siendo Cloud de nuevo quien cerraba la marcha y Luigi el líder de la misma.


La oscuridad que inundaba los pasillos hacía que a uno se le pusiera el pelo de punta, pero nuestros jóvenes héroes estaban tan tensos y concentrados en la misión que nada parecía conseguir perturbarles.......nada, salvo las miles de preocupaciones que inundaban su cabeza.


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