- Estamos llegando al muro, id preparándoos – dijo Squall cortando
el silencio con el mismo tono de siempre.
Aunque fuera seguía estando oscuro, la luna conseguía arrojar la
suficiente luz como para poder visualizar sin problemas lo que tenían delante;
en la lejanía un alto muro metálico se extendía unos cuantos metros rodeando el
gran edificio de CIPHER S.A., del que se podía apreciar sus luces artificiales.
Minutos después, Squall frenó en seco, bajó del furgón y echó a
andar hacia la alta tapia casi sin esperar a los demás; parecía tener demasiada
prisa, incluso sabiendo que debía ser sigiloso para que no lo detectaran. Sus
ojos no se despegaban del enorme edificio, parecía tan absorto en él que Elyze
creyó que ni si quiera repararía en que no estaba solo en ese momento; segundos
después salió de sus pensamientos y miró hacia atrás para asegurarse de que el
resto del grupo les seguía.
Alhem abandonó el furgón de un ágil salto seguido por Luigi, que
caminaba despacio y temeroso mirando en todas direcciones; Cloud fue el último
en bajar del vehículo. En el momento en que puso los pies en la tierra inspiró
hondo y echó lentamente el aire por la boca sintiéndose mucho mejor, Alhem le
lanzó una mirada furtiva para recordarle la advertencia que le hizo en el
furgón y Cloud la acogió adoptando de nuevo una expresión seria, quizás
demasiado seria.
Era como si cada vez que el elfo le mirara estuviera retándole o
amenazándole, pero esta vez Cloud estaba preparado y no iba a echarse atrás
mientras hubiera personas que proteger......y mucho menos ahora que estaban tan
cerca de obtener el artefacto para salvarlos a todos.
Todos avanzaron con paso ligero entre las sombras que proyectaba
la luz nocturna y, finalmente, llegaron sin problemas hasta el enorme muro; y
allí estaba la gruesa enredadera, tal y como les había indicado aquél contacto
interno. Al menos parecía que era de fiar de momento, ya que hasta ahora todo
lo que le habían dicho se estaba cumpliendo a la perfección a pesar del pequeño
altercado con los soldados de la aduana.
En cuanto Squall hubo comprobado su resistencia dando un par de
fuertes tirones, comenzó a trepar por la planta seguido de cerca por Elyze,
quien parecía de todos la que mejor se había acostumbrado a aquella oscuridad;
el elfo les siguió después y Cloud iba cerrando la marcha.
Fue Luigi quien más problemas tuvo a la hora de subir por la
enredadera, pero por suerte tenía detrás a su querido amigo de ojos brillantes,
que en agradecimiento a la ayuda prestada cuando estuvo mareado, le daba
pequeños impulsos con la mano y le indicaba dónde podía encontrar un mejor
soporte para seguir ascendiendo; incluso le desenredó una rama con la que se
había enganchado su zapato derecho. Elyze le sujetó las manos y tiró de él
cuando ya estaban en lo alto del muro y Luigi le dio las gracias asintiendo en
silencio mientras permanecía agachado para no llamar la atención.
Desgraciadamente para él, la enredadera sólo había crecido en la
parte exterior, lo que explicaba el por qué los soldados no se habían percatado
de su existencia; esto conllevaría a tener que valerse de sus habilidades para
descender sin armar mucho jaleo, algo que no se le daba muy bien.
Desde lo alto podía percibirse sin problemas todo el interior del
recinto; 3 grandes contenedores yacían en el suelo ocultando más a lo lejos una
pequeña caseta en la que había dos soldados montando guardia. A la izquierda se
encontraba la entrada principal de CIPHER S.A. y, como era de esperar, allí la
vigilancia era muchísimo mayor que en la parte en la que ellos se encontraban.
Squall fue el primero en descender, se dejó caer apoyado en la
pared y, cuando calculó que la distancia era prudente, dio un pequeño salto
hacia el suelo y echó a correr lo más silenciosamente que pudo. El peso de
Elyze era tan liviano que casi parecía estar volando, pues se deslizó hacia el
suelo como si de un fantasma se tratase, sin hacer el menor ruido, y siguió el
ritmo de Squall sin el menor problema.
Alhem usó hábilmente sus agujas como apoyo mientras que Cloud tuvo
que cargar con Luigi, quien se veía prácticamente incapaz de salvar aquella
altura debido al miedo; si estuviera en condiciones normales y sin esa presión
podría haberlo hecho sin vacilar, pero no se atrevía por si flaqueaba en el
último momento y alertaba a los guardias.
Él se disculpó con Cloud por haber tenido que echarle una mano
durante todo el camino pero una sonrisa suya le hizo entender que se sentía
bien sabiendo que había servido de ayuda; era como si el mero hecho de proteger
o socorrer a los demás le diera vida, probablemente si algún día se viera a sí
mismo como alguien inservible sentiría tal culpa que no podría soportarlo.
De hecho esa era la meta que Cloud se ponía cada día, si al caer
la noche había conseguido salvar a alguien con sus acciones o protegerlo de
algún peligro estaba seguro de que podría dormir tranquilo; pero si no lo
conseguía o si por el contrario incluso había estorbado a alguien sin
pretenderlo, la culpa que le corroía por dentro era tal que conseguía
mantenerlo despierto, por mucho sueño que tuviera.
Pensándolo con frialdad, una sola duda en su cabeza poseía la
fuerza suficiente como para mantenerlo ocupado horas o incluso días tratando de
darle un sentido, pues aunque en muchas ocasiones parecía bastante sensato, la
cruda realidad era que en el fondo ni él mismo estaba muy seguro de sus propias
decisiones. Su mente siempre la frecuentaban preguntas como: “¿Estaré haciendo
lo correcto? ¿Será ésta la mejor forma de solucionar las cosas?” Pensar
demasiado a veces puede llegar a ser autodestructivo......
El grupo se aproximó con éxito hacia donde estaban los 3
contenedores y Luigi se acercó al punto central que formaban; los soldados los
habían colocado de cualquier manera sin darse cuenta de que desde esa
perspectiva eran incapaces de ver si había alguien rondando por ahí ya que uno
de los contenedores les tapaba algo de visión.
Mientras Luigi abría la tapa de lo que parecían unas tuberías,
Alhem, curioso, pegó el oído a uno de los contenedores para saber si dentro
había algo vivo; un aterrador silencio fue lo que obtuvo por respuesta, si no
había nadie, ¿qué era lo que guardaban allí?
- ¡Eh tú! No te quedas atrás – susurró Squall antes de meterse por
el agujero de la tubería; ahora quien guiaba al grupo era Luigi ya que se
conocía perfectamente la red de tuberías que corría por debajo del enorme
edificio.
Cloud
estaba esperando a que el elfo entrara para cubrirles de nuevo, cosa que hizo,
no sin antes volver a mirarle de ese modo; “Me está retando otra vez.......no
pienso darle ninguna oportunidad de verme flaquear si es lo que pretende”.
Una vez estuvieron dentro, avanzaron un poco agachados por el
largo y oscuro pasillo confiando en el criterio de Luigi; si se equivocaba en
alguna bifurcación podrían acabar peor de lo que creían, de modo que le dejaron
vía libre, pues parecía estar muy seguro de lo que estaba haciendo.
Cuando llevaron un rato caminando, se encontraron con otra
bifurcación y Luigi se detuvo entre medias, como dando a entender que ahora
tendrían que elegir.
- Por la derecha se va a las prisiones y por la izquierda a la
biblioteca del edificio – dijo en voz baja, como temiendo que alguien pudiera
oírles ahí abajo; cosa que era realmente imposible debido.
- Yo voy a la biblioteca, no es mi problema que hayan capturado a
otras personas – contestó Squall tajante y se acercó a la tubería izquierda.
- Ummm....¿y nosotros qué hacemos? - preguntó Elyze a Alhem, que
tampoco llegaba a decidirse.
- Yo iré a salvar a vuestro amigo Jak – comentó Luigi.
Cloud miró de reojo a Squall y éste le devolvió la mirada con
seriedad; su expresión indicaba claramente que no quería que fuera con él por
alguna extraña razón, por lo que acabó acercándose a Luigi indicando que
también iría a salvar a la gente de la prisión.
- Vaaale, entonces yo también me voy con ellos – dijo al final el
elfo – Quién sabe lo que podría pasar si les dejo solos.
Luigi y Cloud se echaron una mirada divertida entre ellos; sólo
eso bastó para saber que confiaban plenamente el uno en el otro y que si alguno
estaba en peligro siempre irían a salvarse.
- Esto.....yo.... - comenzó a decir Elyze; Squall la estaba
mirando como si esperara que le siguiera, cosa que hizo al final – Iré contigo,
Squall.
Tras oír su decisión, echó a andar sin perder un segundo y Elyze
tuvo que correr un poco al principio para llegar a su altura; mientras, los
demás continuaron por el otro camino siendo Cloud de nuevo quien cerraba la
marcha y Luigi el líder de la misma.
La oscuridad que inundaba los pasillos hacía que a uno se le
pusiera el pelo de punta, pero nuestros jóvenes héroes estaban tan tensos y
concentrados en la misión que nada parecía conseguir perturbarles.......nada,
salvo las miles de preocupaciones que inundaban su cabeza.
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