-
¡Aaayyy! - gimió Jak tras notar un fuerte golpe en la cabeza.
Abrió
los ojos perezosamente, como si estuviera durmiendo en el sitio más
agradable del mundo; cual fue su sorpresa al recordar que unos
soldados le habían capturado y le habían encerrado en una de las
prisiones de aquél extraño edificio. Pero, ¿qué narices era ese
sitio? El Lord.....¡sí, acababa de encontrarse con él! Y decía
algo como que Jak había venido a espiarles o alguna tontería
semejante.
Tras
comprobar que los efectos de la droga habían desaparecido, comenzó
a explorar con la vista y el oído aquél extraño lugar en el que
ahora se hallaba. No paraba de oír gruñidos por todas partes,
¿habría más bestias allí? Lógico, este Lord al parecer las odia
y por eso las capturó; y...¿quién es ese muchacho que le está
observando en la celda de enfrente? Un momento......¡las dagas están
a mis pies! ¿Sería eso lo que me había provocado este leve dolor
de cabeza?
-
¡Hey, ¿estás bien?! - preguntó aquél joven – Pareces
desorientado.
Tenía
el pelo de un tono verde apagado sujeto en una coleta baja y le
llegaba hasta la cintura, sus
ojos de un verde acuoso observaban a Jak con preocupación y vestía
una camisa blanca algo rota, la cual cobijaba una camiseta interior
negra ceñida, unos pantalones beige y unas deportivas que hacían
juego con su pelo.
-
Eehhhh - ¿confiar o no? Simplemente le estaba preguntando, así que,
¿por qué no ser amables? Al fin y al cabo, aquél chico también
estaba encerrado - Sí, estoy bien, sólo ha sido un golpe. Oye, ¿has
visto quién ha sido?
El
chico negó con la cabeza sin dejar de mirarle, parecía seriamente
preocupado por él y Jak se sintió extrañado ante su reacción;
sólo estaba enjaulado, como él.
De
repente, escucharon cómo se abría la puerta que daba a las
prisiones y el muchacho miró a Jak con más nerviosismo; movía la
cabeza tratando se señalarle algo, hasta que al final cayó en la
cuenta de que se estaba refiriendo a sus dagas. Tenía que ocultarlas
como fuera, de modo que alargó las piernas y las arrastró hacia él
para taparlas con el cuerpo.
Unos
pasos tranquilos se acercaron a su celda, descubriendo a la persona
que ahora le estaba observando. Parecía joven pero su atuendo le
añadía un par de años más; tenía el pelo corto, pelirrojo, y
lucía unas grandes gafas de sol negras con motivos grises. Por
vestimenta llevaba una túnica grisácea con grandes mangas rojas y
cuello alto del mismo color; su
rostro era difícil de interpretar debido a que las gafas no le
permitían a Jak observar sus ojos.
-
Tú debes de ser el nuevo del que todos hablan, ¿no? - comenzó a
decir; luego miró a su alrededor antes de continuar - Por favor, no
seas cabezota, dime lo que el Lord quiere saber y te prometo que te
dejaré marchar sin que te hagan ningún daño.
-
Venga, vale, ¿dónde está el poli malo? - soltó Jak con desgana -
¿No os he dicho ya que no tengo ni idea de lo que me estáis
hablando? Os estáis equivocando conmigo.
-
No....tu no lo entiendes – contestó aquél hombre un
poco......¿asustado? - Esto lo hago por tu bien, tú no tienes ni
idea de lo que te harán si te sigues negando a hablar; aquí
detestan a la bestias. Si te dejan en manos del científico a saber
cómo acabarás, hazme caso. Por favor, dime cómo has entrado en
este Distrito y por qué has venido.
-
¡¡Que os he dicho que no sé de qué me habláis!! - estaba
exasperado, ¿es que nadie pensaba creerle?.
El
hombre agachó la cabeza derrotado, aunque Jak parecía algo distinto
al resto de bestias que se encontraban allí seguía siendo igual de
testarudo que ellas. Ya no se le ocurría nada para intentar salvarle
de los terribles experimentos que el científico llevaba a cabo con
todo el que tuviera la mala suerte de pisar su laboratorio, y
seguramente escogería a Jak como siguiente espécimen en cuanto le
viera. Pero él no podía ayudar....Jak no se dejaba.
-
Lo siento mucho.....ya lo he intentado todo para sacarte de aquí.
Siento que las cosas acaben así......Espero al menos que no se pasen
contigo.
Acabado
el fallido interrogatorio, el hombre dio media vuelta y les dejó de
nuevo a solas cerrando la puerta tras de sí. Increíble, aquí la
gente iba totalmente a su bola y parecía que nadie iba a escuchar en
serio a Jak...nadie, salvo aquél joven, que aún seguía mirándole.
-
Gracias por no decirle nada sobre nuestro Lord; no es que me caiga
muy bien, pero éste ha torturado a tantas bestias que merece perder
esos estúpidos juegos – respondió algo animado.
-
No, te equivocas; no es que le haya ocultado nada, ¡es que realmente
no sé nada! - exclamó Jak desesperado.
-
Oh, comprendo.......simplemente eres una víctima más – bajó un
poco la voz al decirlo, como apenado – Hey, ahora que tienes las
dagas, ¿crees que podrás soltarte?
¡Claro,
las dagas! Se había olvidado por completo de ellas. Tras sacarlas de
debajo de sus piernas comprobó con sorpresa que las cadenas y
grilletes que le sujetaban estaban demasiado mal colocados, como
quien ata algo con mucha prisa. Tiró un poco de ellos y éstos
cedían sin mucho esfuerzo, por lo que se liberó rápidamente de las
cadenas. Pero, ¿por qué le habían atado tan mal? ¿Y quién le
había arrojado sus dagas sino había sido aquél chaval?
-
¡Genial, esto nos puede dar una oportunidad de escapar! - trató de
acercarse más a la puerta de su celda, pero las cadenas que le
sujetaban estaba al límite – Oye...¿cómo te llamas? Yo soy N.
-
Jak – respondió él, que estaba ahora absorto observando lo que
tenía justo a su izquierda.
A
pocos pasos de él había una cama ocupada y al lado de ésta había
una extraña máquina de la que salía un tubo acabado en una
mascarilla gigante, la cual cubría casi todo el rostro de la persona
que estaba aparentemente dormida. Sólo le asomaba un brazo por la
fina sábana, al cual le habían puesto una vía; como si estuviera
enfermo......
Movido
por la curiosidad, Jak se aproximó a la persona para observarla más
de cerca desoyendo las advertencias de N.
- Jak ten cuidado por favor, no tengo ni idea de si está bien - advirtió N - Antes le he oído gritar muy fuerte en sueños, no sé si está en sus cabales.
La
máquina emitía una suave vibración, tan tenue que era difícil
escucharla con los gruñidos de las demás bestias, pero eso a Jak no
le importaba; tras observar detenidamente a la persona que yacía
durmiendo, decidió desconectarla de la máquina, no le gustaba un
pelo. La inspeccionó por todos lados y encontró lo que parecía el
botón que la ponía en marcha.
Sin
pensarlo, lo pulsó y esperó a ver si dejaba de oír la vibración
que producía, indicando que la había detenido. Por suerte dio en el
blanco a la primera y seguidamente procedió a quitarle la enorme
mascarilla; era tan grande que sólo dejaba a la vista los ojos, aún
cerrados, del muchacho y le rodeaba la cabeza por detrás con una
correa; seguramente para asegurarse de que todo el gas que emitía
ese trasto fuera respirado. Lo que no se atrevió a tocar, por si
acaso la liaba, era la vía que tenía puesta en el brazo izquierdo;
podría ser importante para él.
Una
vez liberado pudo verle mejor la cara. Tenía el pelo plateado y
largo, increíblemente largo, sus ojos durmientes estaban rodeados
por un par de oscuras sombras, signo de que no había dormido nada, y
su piel apenas tenía color.......¿sería lo que N le había dicho?
¿Un experimento de aquél científico? Se fijó entonces en el brazo
que tenía al descubierto y observó con horror que le habían hecho
un corte vertical que lo surcaba desde la muñeca y se perdía en la
manga de la bata de enfermo que llevaba; alrededor de éste la piel
se oscurecía con manchas negras.
-
Dios mío....¿pero qué clase de gente hay aquí....? - dijo Jak en
voz baja, más para sí mismo que para quien le estuviera escuchando
– Tengo que despertarle.
Le
cogió por los hombros y le sacudió con un poco de brusquedad para
sacarlo de su sueño, pero no dio resultado y pensó que tal vez
necesitaba un poco de tiempo para que se despertara. ¿Qué sería el
gas que le estaban obligando a respirar....?
-
Lo.......siento.......
Jak
le miró rápidamente y comprobó que aquél hombre estaba hablando
en sueños; los dedos de la mano izquierda comenzaron a moverse dando
la impresión de que intentaba sujetar algo, pues los abría y
cerraba con lentitud. Su ceño se frunció levemente, parecía estar
sufriendo y Jak no podía hacer nada para sacarlo del mundo onírico
en el que estaba sumergido; el sólo hecho de verlo en ese estado
hacía que se le partiera a uno el alma en 2, y más contando con las
palabras, imágenes y recuerdos del pasado de esa persona que
empezaron a llenar la mente de Jak.
Al
igual que pasó con Tecno, Alhem y Elyze, Jak también tenía la
capacidad de traer a su mente recuerdos y vivencias de la persona que
tenía delante de forma involuntaria. ¡Qué don más extraño!
Aunque eso no hizo que se sintiera mejor, pues cuanto más cosas le
venían a la mente, más rabia le daba no poder ayudarle. Era casi un
conocido para él, un aliado; pues estaba encerrado en una prisión,
como él.
-
…..Sefirot..... - comenzó a llamarle con un susurro –
Levántate......Sefirot.
-
¿Alguna novedad, Jak? - preguntó N, se le notaba algo preocupado.
-
No se despierta, le he quitado el trasto que tenía en la cara y nada
– resumió él - ¿Qué narices le están metiendo en el cuerpo?
-
No lo sé, pero por si acaso no bajes la guardia. No digo que vaya a
hacerte algo, pero los soldados dijeron que venía del laboratorio y
todo el que sale de allí acaba trastornado – le advirtió él -
¿Oyes esos gruñidos? Son las bestias que capturaron y todas pasaron
por manos del científico, estate alerta.
Justo
cuando acabó de hablar, el hombre a quien Jak había llamado Sefirot
comenzó a abrir los ojos muy lentamente; se notaba que le estaba
costando mucho trabajo pero al final consiguió abrirlos del todo.
Miraba a Jak sin verlo realmente, se le notaba confuso y desorientado
y observaba cada rincón de la habitación sin prestarle realmente
mucha atención; cómo tendría que tener la mente en estos momentos
para actuar así. Su respiración era entrecortada y boqueaba para
buscar el máximo de oxígeno posible, como si se estuviera ahogando.
-
Hey, ¿puedes oírme? - preguntó con preocupación - ¿Estas bien?
Apenas
sí podía hablar y su mano empezó a temblar involuntariamente, Jak
se la agarró con firmeza mientras intentaba convencerle de que todo
saldría bien; su mirada logró captar la atención del muchacho, que
se la sostuvo como si fuera su salvación, como si de no hacerlo
volviera a caer en el sueño del que había salido.
Jak
se fijó en que la bata blanca de enfermo que llevaba tenía el
cuello manchado con unas gotas de....¿sangre? ¿Qué era el hombre
que le había hecho esto? ¿Un científico o un carnicero? Gruñó
fuertemente pensando en lo horrible que habría tenido que ser para
Sefirot estar en manos de ese desalmado y se juró mentalmente que si
le encontraba le haría pedazos.
Un
movimiento de éste le distrajo de sus pensamientos, de debajo de la
sábana la otra mano se estaba moviendo en dirección a su brazo
izquierdo acompañado de pequeños ruiditos que salían de su boca;
parecía estar indicándole algo, algo que Jak captó rápidamente.
De un tirón sacó la vía de su brazo, que comenzó a sangrar, y
arrancando un trozo de tela de la sábana le hizo una venda
improvisada que usó para que se cortara la hemorragia. Él seguía
temblando, pero asintió con la cabeza agradecido por su gesto; luego
trató de levantarse sin mucho éxito, pues apenas conseguía separar
la cabeza unos centímetros de la almohada.
Jak
le echó una mano ayudándole a sentarse y él apoyó la espalda en
la pared que tenía pegando al lado derecho de la cama; aún le
costaba respirar, pero al menos ya no boqueaba para hacerlo, parecía
que se estaba recuperando un poco, aunque lentamente. Pero lo que más
alarmó a Jak fue ver que el resto de la bata estaba completamente
manchada de sangre, las gotas del cuello eran tan solo la punta del
iceberg; por suerte la sangre estaba seca, lo que indicaba que se lo
habían hecho antes, pero eso no tranquilizó a Jak, sino todo lo
contrario.
Miró
a su alrededor de nuevo y pudo descubrir un traje negro colgado el la
pared de enfrente, justo al lado de la máquina; y, en el otro
extremo de la habitación estaba la espada más larga que había
visto en su vida. En el momento en que la vio apareció en su mente
el nombre de esta katana como si la conociera de toda la vida: se
trataba de Masamune, y su dueño estaba justamente sentado a su
derecha tratando de recuperar el aliento y la conciencia.
Sin
pensarlo, se levantó de la cama y se acercó a la imponente espada,
que yacía apoyada a la pared verticalmente, y la tomó para
acercársela a su dueño. ¿Cuánto mediría? ¿Metro y medio? ¿Dos
metros?
Alarmado
ante su acción, N le gritó que no lo hiciera, que podría ser
peligroso si aquél hombre decidía acabar con su vida; pero Jak
desconfirmó sus temores diciéndole que si estaba encerrado era de
los suyos y que por alguna extraña razón confiaba plenamente en esa
persona.
La
razón no tan “extraña” era que simplemente empezaba a saber
todo de su vida gracias a su don de atraer a la mente eventos del
pasado de aquella persona y aunque sabía que aquél hombre había
hecho cosas verdaderamente horribles durante su estancia en el mundo
del que venía, allí era una persona completamente diferente. Allí
era......como si hubiera vuelto a nacer, porque no tenía recuerdos
de su pasado.
Dejó
a Masamune en el regazo del hombre y esperó a ver si reaccionaba,
pero lo único que hizo éste fue cubrirse la cara con manos
temblorosas; como tratando de recordar.
-
¿Cómo me llamo? - preguntó de repente; Jak contestó sin vacilar.
-
Sefirot.
-
¿Dónde.....estoy? - volvió a preguntar, era como si tratara de
empezar desde el principio para poner todo en orden en su cabeza.
-
Pues en una prisión......no estoy seguro del edificio – tras
aclarárselo N, respondió – en la sede de CIPHER S.A.
-
…..Entiendo.......- parecía que empezaba a acordarse de algo, lo
que indicaba que posiblemente no le habían matado; sólo tenía que
acordarse de lo vivido allí, pero su mente estaba algo turbia en ese
momento – Déjame.......unos minutos......
Preocupado
por su estado, Jak trató de preguntarle a Sefirot qué le había
pasado pero éste reiteró su respuesta, necesitaba un poco de tiempo
en silencio para recordarlo todo paso a paso.
Poco
a poco las cosas empezaron a ordenarse.......entró allí para
conseguir información sobre el artefacto.....¿qué pretendía hacer
con él? ¡Ah, sí! Quería usarlo para liberar a las personas de
este mundo y devolverlas a sus lugares de origen....y, ¿qué pasó
entonces?
Claro....le
descubrieron y le apresaron.........eran demasiados soldados y
él.....él estaba solo. Pero tenía aliados.......sí....Snake
podría ayudarle a salir de allí, seguro que ya estaba tramando un
plan......pero el chico que está allí con él no es
Snake.......¿Qué pasó cuando le apresaron?
Una
camilla de metal.......muchos instrumentos brillantes y
afilados.......y dolor, sobretodo dolor.....
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