viernes, 16 de mayo de 2014

CAPÍTULO 7: AMIGOS ENTRE REJAS

- ¡Aaayyy! - gimió Jak tras notar un fuerte golpe en la cabeza.

Abrió los ojos perezosamente, como si estuviera durmiendo en el sitio más agradable del mundo; cual fue su sorpresa al recordar que unos soldados le habían capturado y le habían encerrado en una de las prisiones de aquél extraño edificio. Pero, ¿qué narices era ese sitio? El Lord.....¡sí, acababa de encontrarse con él! Y decía algo como que Jak había venido a espiarles o alguna tontería semejante.

Tras comprobar que los efectos de la droga habían desaparecido, comenzó a explorar con la vista y el oído aquél extraño lugar en el que ahora se hallaba. No paraba de oír gruñidos por todas partes, ¿habría más bestias allí? Lógico, este Lord al parecer las odia y por eso las capturó; y...¿quién es ese muchacho que le está observando en la celda de enfrente? Un momento......¡las dagas están a mis pies! ¿Sería eso lo que me había provocado este leve dolor de cabeza?

- ¡Hey, ¿estás bien?! - preguntó aquél joven – Pareces desorientado.

Tenía el pelo de un tono verde apagado sujeto en una coleta baja y le llegaba hasta la cintura, sus ojos de un verde acuoso observaban a Jak con preocupación y vestía una camisa blanca algo rota, la cual cobijaba una camiseta interior negra ceñida, unos pantalones beige y unas deportivas que hacían juego con su pelo.

- Eehhhh - ¿confiar o no? Simplemente le estaba preguntando, así que, ¿por qué no ser amables? Al fin y al cabo, aquél chico también estaba encerrado - Sí, estoy bien, sólo ha sido un golpe. Oye, ¿has visto quién ha sido?

El chico negó con la cabeza sin dejar de mirarle, parecía seriamente preocupado por él y Jak se sintió extrañado ante su reacción; sólo estaba enjaulado, como él.

De repente, escucharon cómo se abría la puerta que daba a las prisiones y el muchacho miró a Jak con más nerviosismo; movía la cabeza tratando se señalarle algo, hasta que al final cayó en la cuenta de que se estaba refiriendo a sus dagas. Tenía que ocultarlas como fuera, de modo que alargó las piernas y las arrastró hacia él para taparlas con el cuerpo.

Unos pasos tranquilos se acercaron a su celda, descubriendo a la persona que ahora le estaba observando. Parecía joven pero su atuendo le añadía un par de años más; tenía el pelo corto, pelirrojo, y lucía unas grandes gafas de sol negras con motivos grises. Por vestimenta llevaba una túnica grisácea con grandes mangas rojas y cuello alto del mismo color; su rostro era difícil de interpretar debido a que las gafas no le permitían a Jak observar sus ojos.

- Tú debes de ser el nuevo del que todos hablan, ¿no? - comenzó a decir; luego miró a su alrededor antes de continuar - Por favor, no seas cabezota, dime lo que el Lord quiere saber y te prometo que te dejaré marchar sin que te hagan ningún daño.

- Venga, vale, ¿dónde está el poli malo? - soltó Jak con desgana - ¿No os he dicho ya que no tengo ni idea de lo que me estáis hablando? Os estáis equivocando conmigo.

- No....tu no lo entiendes – contestó aquél hombre un poco......¿asustado? - Esto lo hago por tu bien, tú no tienes ni idea de lo que te harán si te sigues negando a hablar; aquí detestan a la bestias. Si te dejan en manos del científico a saber cómo acabarás, hazme caso. Por favor, dime cómo has entrado en este Distrito y por qué has venido.

- ¡¡Que os he dicho que no sé de qué me habláis!! - estaba exasperado, ¿es que nadie pensaba creerle?.

El hombre agachó la cabeza derrotado, aunque Jak parecía algo distinto al resto de bestias que se encontraban allí seguía siendo igual de testarudo que ellas. Ya no se le ocurría nada para intentar salvarle de los terribles experimentos que el científico llevaba a cabo con todo el que tuviera la mala suerte de pisar su laboratorio, y seguramente escogería a Jak como siguiente espécimen en cuanto le viera. Pero él no podía ayudar....Jak no se dejaba.

- Lo siento mucho.....ya lo he intentado todo para sacarte de aquí. Siento que las cosas acaben así......Espero al menos que no se pasen contigo.

Acabado el fallido interrogatorio, el hombre dio media vuelta y les dejó de nuevo a solas cerrando la puerta tras de sí. Increíble, aquí la gente iba totalmente a su bola y parecía que nadie iba a escuchar en serio a Jak...nadie, salvo aquél joven, que aún seguía mirándole.

- Gracias por no decirle nada sobre nuestro Lord; no es que me caiga muy bien, pero éste ha torturado a tantas bestias que merece perder esos estúpidos juegos – respondió algo animado.

- No, te equivocas; no es que le haya ocultado nada, ¡es que realmente no sé nada! - exclamó Jak desesperado.

- Oh, comprendo.......simplemente eres una víctima más – bajó un poco la voz al decirlo, como apenado – Hey, ahora que tienes las dagas, ¿crees que podrás soltarte?

¡Claro, las dagas! Se había olvidado por completo de ellas. Tras sacarlas de debajo de sus piernas comprobó con sorpresa que las cadenas y grilletes que le sujetaban estaban demasiado mal colocados, como quien ata algo con mucha prisa. Tiró un poco de ellos y éstos cedían sin mucho esfuerzo, por lo que se liberó rápidamente de las cadenas. Pero, ¿por qué le habían atado tan mal? ¿Y quién le había arrojado sus dagas sino había sido aquél chaval?

- ¡Genial, esto nos puede dar una oportunidad de escapar! - trató de acercarse más a la puerta de su celda, pero las cadenas que le sujetaban estaba al límite – Oye...¿cómo te llamas? Yo soy N.

- Jak – respondió él, que estaba ahora absorto observando lo que tenía justo a su izquierda.

A pocos pasos de él había una cama ocupada y al lado de ésta había una extraña máquina de la que salía un tubo acabado en una mascarilla gigante, la cual cubría casi todo el rostro de la persona que estaba aparentemente dormida. Sólo le asomaba un brazo por la fina sábana, al cual le habían puesto una vía; como si estuviera enfermo......

Movido por la curiosidad, Jak se aproximó a la persona para observarla más de cerca desoyendo las advertencias de N.

- Jak ten cuidado por favor, no tengo ni idea de si está bien - advirtió N - Antes le he oído gritar muy fuerte en sueños, no sé si está en sus cabales.

La máquina emitía una suave vibración, tan tenue que era difícil escucharla con los gruñidos de las demás bestias, pero eso a Jak no le importaba; tras observar detenidamente a la persona que yacía durmiendo, decidió desconectarla de la máquina, no le gustaba un pelo. La inspeccionó por todos lados y encontró lo que parecía el botón que la ponía en marcha.

Sin pensarlo, lo pulsó y esperó a ver si dejaba de oír la vibración que producía, indicando que la había detenido. Por suerte dio en el blanco a la primera y seguidamente procedió a quitarle la enorme mascarilla; era tan grande que sólo dejaba a la vista los ojos, aún cerrados, del muchacho y le rodeaba la cabeza por detrás con una correa; seguramente para asegurarse de que todo el gas que emitía ese trasto fuera respirado. Lo que no se atrevió a tocar, por si acaso la liaba, era la vía que tenía puesta en el brazo izquierdo; podría ser importante para él.

Una vez liberado pudo verle mejor la cara. Tenía el pelo plateado y largo, increíblemente largo, sus ojos durmientes estaban rodeados por un par de oscuras sombras, signo de que no había dormido nada, y su piel apenas tenía color.......¿sería lo que N le había dicho? ¿Un experimento de aquél científico? Se fijó entonces en el brazo que tenía al descubierto y observó con horror que le habían hecho un corte vertical que lo surcaba desde la muñeca y se perdía en la manga de la bata de enfermo que llevaba; alrededor de éste la piel se oscurecía con manchas negras.

- Dios mío....¿pero qué clase de gente hay aquí....? - dijo Jak en voz baja, más para sí mismo que para quien le estuviera escuchando – Tengo que despertarle.

Le cogió por los hombros y le sacudió con un poco de brusquedad para sacarlo de su sueño, pero no dio resultado y pensó que tal vez necesitaba un poco de tiempo para que se despertara. ¿Qué sería el gas que le estaban obligando a respirar....?

- Lo.......siento.......

Jak le miró rápidamente y comprobó que aquél hombre estaba hablando en sueños; los dedos de la mano izquierda comenzaron a moverse dando la impresión de que intentaba sujetar algo, pues los abría y cerraba con lentitud. Su ceño se frunció levemente, parecía estar sufriendo y Jak no podía hacer nada para sacarlo del mundo onírico en el que estaba sumergido; el sólo hecho de verlo en ese estado hacía que se le partiera a uno el alma en 2, y más contando con las palabras, imágenes y recuerdos del pasado de esa persona que empezaron a llenar la mente de Jak.

Al igual que pasó con Tecno, Alhem y Elyze, Jak también tenía la capacidad de traer a su mente recuerdos y vivencias de la persona que tenía delante de forma involuntaria. ¡Qué don más extraño! Aunque eso no hizo que se sintiera mejor, pues cuanto más cosas le venían a la mente, más rabia le daba no poder ayudarle. Era casi un conocido para él, un aliado; pues estaba encerrado en una prisión, como él.

- …..Sefirot..... - comenzó a llamarle con un susurro – Levántate......Sefirot.

- ¿Alguna novedad, Jak? - preguntó N, se le notaba algo preocupado.

- No se despierta, le he quitado el trasto que tenía en la cara y nada – resumió él - ¿Qué narices le están metiendo en el cuerpo?

- No lo sé, pero por si acaso no bajes la guardia. No digo que vaya a hacerte algo, pero los soldados dijeron que venía del laboratorio y todo el que sale de allí acaba trastornado – le advirtió él - ¿Oyes esos gruñidos? Son las bestias que capturaron y todas pasaron por manos del científico, estate alerta.

Justo cuando acabó de hablar, el hombre a quien Jak había llamado Sefirot comenzó a abrir los ojos muy lentamente; se notaba que le estaba costando mucho trabajo pero al final consiguió abrirlos del todo. Miraba a Jak sin verlo realmente, se le notaba confuso y desorientado y observaba cada rincón de la habitación sin prestarle realmente mucha atención; cómo tendría que tener la mente en estos momentos para actuar así. Su respiración era entrecortada y boqueaba para buscar el máximo de oxígeno posible, como si se estuviera ahogando.

- Hey, ¿puedes oírme? - preguntó con preocupación - ¿Estas bien?

Apenas sí podía hablar y su mano empezó a temblar involuntariamente, Jak se la agarró con firmeza mientras intentaba convencerle de que todo saldría bien; su mirada logró captar la atención del muchacho, que se la sostuvo como si fuera su salvación, como si de no hacerlo volviera a caer en el sueño del que había salido.

Jak se fijó en que la bata blanca de enfermo que llevaba tenía el cuello manchado con unas gotas de....¿sangre? ¿Qué era el hombre que le había hecho esto? ¿Un científico o un carnicero? Gruñó fuertemente pensando en lo horrible que habría tenido que ser para Sefirot estar en manos de ese desalmado y se juró mentalmente que si le encontraba le haría pedazos.

Un movimiento de éste le distrajo de sus pensamientos, de debajo de la sábana la otra mano se estaba moviendo en dirección a su brazo izquierdo acompañado de pequeños ruiditos que salían de su boca; parecía estar indicándole algo, algo que Jak captó rápidamente. De un tirón sacó la vía de su brazo, que comenzó a sangrar, y arrancando un trozo de tela de la sábana le hizo una venda improvisada que usó para que se cortara la hemorragia. Él seguía temblando, pero asintió con la cabeza agradecido por su gesto; luego trató de levantarse sin mucho éxito, pues apenas conseguía separar la cabeza unos centímetros de la almohada.

Jak le echó una mano ayudándole a sentarse y él apoyó la espalda en la pared que tenía pegando al lado derecho de la cama; aún le costaba respirar, pero al menos ya no boqueaba para hacerlo, parecía que se estaba recuperando un poco, aunque lentamente. Pero lo que más alarmó a Jak fue ver que el resto de la bata estaba completamente manchada de sangre, las gotas del cuello eran tan solo la punta del iceberg; por suerte la sangre estaba seca, lo que indicaba que se lo habían hecho antes, pero eso no tranquilizó a Jak, sino todo lo contrario.

Miró a su alrededor de nuevo y pudo descubrir un traje negro colgado el la pared de enfrente, justo al lado de la máquina; y, en el otro extremo de la habitación estaba la espada más larga que había visto en su vida. En el momento en que la vio apareció en su mente el nombre de esta katana como si la conociera de toda la vida: se trataba de Masamune, y su dueño estaba justamente sentado a su derecha tratando de recuperar el aliento y la conciencia.

Sin pensarlo, se levantó de la cama y se acercó a la imponente espada, que yacía apoyada a la pared verticalmente, y la tomó para acercársela a su dueño. ¿Cuánto mediría? ¿Metro y medio? ¿Dos metros?

Alarmado ante su acción, N le gritó que no lo hiciera, que podría ser peligroso si aquél hombre decidía acabar con su vida; pero Jak desconfirmó sus temores diciéndole que si estaba encerrado era de los suyos y que por alguna extraña razón confiaba plenamente en esa persona.

La razón no tan “extraña” era que simplemente empezaba a saber todo de su vida gracias a su don de atraer a la mente eventos del pasado de aquella persona y aunque sabía que aquél hombre había hecho cosas verdaderamente horribles durante su estancia en el mundo del que venía, allí era una persona completamente diferente. Allí era......como si hubiera vuelto a nacer, porque no tenía recuerdos de su pasado.

Dejó a Masamune en el regazo del hombre y esperó a ver si reaccionaba, pero lo único que hizo éste fue cubrirse la cara con manos temblorosas; como tratando de recordar.

- ¿Cómo me llamo? - preguntó de repente; Jak contestó sin vacilar.

- Sefirot.

- ¿Dónde.....estoy? - volvió a preguntar, era como si tratara de empezar desde el principio para poner todo en orden en su cabeza.

- Pues en una prisión......no estoy seguro del edificio – tras aclarárselo N, respondió – en la sede de CIPHER S.A.

- …..Entiendo.......- parecía que empezaba a acordarse de algo, lo que indicaba que posiblemente no le habían matado; sólo tenía que acordarse de lo vivido allí, pero su mente estaba algo turbia en ese momento – Déjame.......unos minutos......

Preocupado por su estado, Jak trató de preguntarle a Sefirot qué le había pasado pero éste reiteró su respuesta, necesitaba un poco de tiempo en silencio para recordarlo todo paso a paso.

Poco a poco las cosas empezaron a ordenarse.......entró allí para conseguir información sobre el artefacto.....¿qué pretendía hacer con él? ¡Ah, sí! Quería usarlo para liberar a las personas de este mundo y devolverlas a sus lugares de origen....y, ¿qué pasó entonces?

Claro....le descubrieron y le apresaron.........eran demasiados soldados y él.....él estaba solo. Pero tenía aliados.......sí....Snake podría ayudarle a salir de allí, seguro que ya estaba tramando un plan......pero el chico que está allí con él no es Snake.......¿Qué pasó cuando le apresaron?

Una camilla de metal.......muchos instrumentos brillantes y afilados.......y dolor, sobretodo dolor.....

Me siento mareado......me encuentro mal......pero al menos tengo mis recuerdos.....al menos no me los han arrebatado........”

No hay comentarios:

Publicar un comentario