domingo, 11 de mayo de 2014

CAPÍTULO 1: UN NUEVO COMIENZO

Era una tarde tranquila como otra cualquiera en el Distrito Tecnológico; bueno, o todo lo tranquila que pudiera ser tras sufrir los estragos de una explosión allá por Shadow Moses.

En Mute- City, los barrios bajos, la gente andaba algo asustada por si se encontraban con el terrorista que provocó que una parte de CIPHER S.A., la sede central de Shadow Moses, reventara hace una semana; desde entonces se había ganado el apelativo popular de “El bombas” y la gente le tenía cierto respeto, ya fuera por admiración tras haberle plantado cara a CIPHER S.A. de esa manera o por puro miedo por si volvía a atacar de nuevo.

De repente, 3 personas aparecieron de la nada en un callejón apartado de Mute-City; todos parecían confusos y con pocas ganas de hablar entre ellos en un principio debido a que eran unos completos desconocidos. Los nombres de estos chicos eran Tecno, Jak y Elyze; los tres eran muy diferentes entre sí, el único que encajaba en ese lugar era Tecno, quien luego afirmó que realmente era de ese Distrito, pero los demás parecían tener procedencias muy distintas.

La apariencia de Jak era la que más llamaba la atención por su falta de ropa; lucía el torso desnudo, sólo una hombrera tapaba algo de la parte superior, mientras que de cintura para abajo vestía unos harapos algo dejados, unos pantalones también rotos asomaban tímidamente por la tela que los cubría. No tenía zapatos, su puntiagudo pelo caía hacia sus hombros y en la mano derecha calzaba un guante de cuero bastante roto. Llevaba por armas 2 dagas.

La muchacha de apariencia delicada no dejaba de contemplarlos con una nota de curiosidad mezclada con precaución. Llevaba un vestido corto secundado por unos pantalones ceñidos que no le llegaban ni a las rodillas unas botas de metal relucían en sus pies y, como protección, vestía un manto con capucha; la capa se asemejaba a las alas de un pájaro. Una gran alabarda lucía imponente en su espalda.

Tecno encajaba bien en el lugar, portaba unas gafas de ingeniero, su rostro estaba parcialmente cubierto por un cuello alto y vestía un uniforme militar con 2 pistolas a ambos lados de las piernas. Las botas estaban pensadas para correr y caminar sin problemas por casi cualquier lugar.

Como ninguno se atrevía a hablar, Jak rompió el silencio acercándose con excesiva confianza a Elyze, que no le quitaba los ojos de encima.

- ¿Qué hace una preciosidad como tú en un lugar como este? - posó su brazo sin pudor sobre el hombro de la muchacha, a quien sorprendió su acción. Una gran sonrisa se dibujaba en su cara dejando entrever 2 afilados colmillos.

- Podría preguntarte lo mismo – dijo apartándose, su cara era de pocos amigos ya que no le hacía ninguna gracia la confianza de Jak.

Tecno les observaba en silencio tratando de hurgar en sus recuerdos para saber qué le había pasado para acabar allí; él sabía perfectamente que aquello era Mute-City, los barrios bajos del Distrito Tecnológico, pero lo que no llegaba a recordar era qué hacía él con esa gente.....de hecho, casi no recordaba nada de su pasado. Trabajaba de vigilante, pero se sentía incapaz de saber qué debía vigilar o para quién trabajaba; porque tendría que trabajar para alguien, ¿no?

En ése aspecto ninguno de ellos difería; Elyze y Jak también sufrían una fuerte amnesia y apenas recordaban nada de lo que hicieron o de cómo han llegado allí. Jak sólo se acordaba de que era una invocación nacida en el Distrito de las Bestias mientras que Elyze era una santa que trabajaba en el Distrito del Terror, en un gremio junto a su mejor amiga, cuyo nombre no conseguía recordar.

Sin embargo, había algo que aquellos jóvenes podían sentir perfectamente; un aura de confianza se transmitía entre ellos, algo les decía que tenían que seguir juntos para conseguir el extraño objetivo que una voz puso en sus cabezas antes de despertarse: coger los artefactos que se encuentran en los 4 Distritos, traerlos al Distrito Central de Neudrum y purificarlos para convencer a Mundus, el señor de aquél mundo, de que no eliminara toda existencia, incluyéndolos a ellos.

- Hey chaval, ¿no dices nada o es que te has quedado mudo al verme? Tienes una pinta extraña – dijo Jak dirigiéndose a Tecno sin perder la sonrisa. Trataba de ocultar su preocupación por sus recuerdos perdidos, y se le daba muy bien.

- Mira quién habla, ¿acaso sabes dónde estás ahora mismo? - respondió Tecno tranquilamente, le hacía gracia la forma de comportarse de aquél desconocido y parecía bastante amigable a pesar de su feroz aspecto.

- Si eres tan amable, sí que me gustaría saber dónde estoy – Elyze parecía realmente interesada; no le gustaba mucho ese sitio, se sentía tan fuera de lugar.

- Estamos en el Distrito Tecnológico, concretamente en los barrios bajos de Mute-City – explicó Tecno – es la parte de la ciudad más dejada y algo peligrosa; realmente me gustaría saber cómo habéis sido capaces de entrar aquí.

- ¡Y a mí también me gustaría saberlo, colega! - Jak se acercó al chico y le ofreció la mano – Llámame Jak.

- Tecno - la estrechó primero algo desconfiado, pero luego con normalidad – y...¿tu eres?

- Elyze – dijo ella tras un breve silencio, también estrechó la mano de Tecno con cierta desconfianza – Entonces.....el Distrito Tecnológico, ¿no?

- El mismo, ¿no sabéis cómo habéis llegado aquí? Las barreras que separan los Distritos son realmente fuertes, me extraña de verdad que hayáis podido sortearlas.

Jak se encogió de hombros; su cara no reflejaba preocupación alguna mientras que Elyze no le quitaba los ojos de encima a Tecno, atenta lo que decía.

- Ni idea, pero ya veo que no todo es tan malo, no puedo quejarme de la compañía – le guiñó un ojo a Elyze, quien se alejó de él; no por lo que le había dicho, sino porque quería salir del callejón y observar lo que había fuera de aquél emparedado de frío ladrillo – ¡Hey, espérame!

Jak echó a correr por el callejón persiguiendo a Elyze mientras que Tecno, tras suspirar, les siguió de lejos para no perderlos de vista.

El callejón tenía un recodo que le daba un aspecto de L, los ladrillos que lo formaban estaban muy desgastados y el sucio suelo no hacía que tuviera mejor aspecto. El aire que corría refrescaba el lugar y el cielo tenía una mezcla de colores que iba del rojo al naranja pasando por el azul, seguido del negro. A la tarde le quedaban pocas horas de vida.

Elyze se asomó por la esquina del recodo para echar un vistazo y, tras darse cuenta de que podía ver poco en esa posición, decidió salir a la calle, siempre seguida de cerca por Jak, que olisqueaba el aire con suma curiosidad; infinidad de olores asolaban su afinada nariz en aquél momento y de lejos podía escuchar a alguien “cantando”, ¡ojalá se callase!

Finalmente salieron todos fuera y vieron que la poca gente que poblaba las calles les observaba temerosa desde lejos; las chabolas y casas apenas si sostenían su propio peso y el asfaltado tenía grietas y se veía sucio y dejado. Realmente se podía decir sin temor a equivocarse que estaban en la zona más pobre del Distrito Tecnológico.

De repente, unas manos apartaron hacia ambos lados a Jak y Elyze con cierta rudeza; un muchacho vestido con una chaqueta de cuero negro pasó entre ellos resoplando sin siquiera mirarles a los ojos, algo que disgustó a Jak. Tecno observaba la escena desde la boca del callejón.

- ¡Eh tío, ¿tienes que ser tan rudo?!

El joven se volvió para mirarles con marcada desgana; tenía el pelo castaño, ojos azules y una llamativa cicatriz le cruzaba un rostro que denotaba su corta edad a pesar de su altura; ¿Cuántos tendría? ¿16? ¿17? Vestía unos pantalones negros algo ceñidos y guantes del mismo color; la chaqueta abierta estaba coronada con un cuello de pelo blanco, cobijando una camiseta del mismo color. Lucía un emblema plateado con forma de cabeza de león en su pecho que colgaba de una cadena.

Extrañamente tanto a Jak como a Elyze le resultaba un tanto familiar aquél muchacho que, tras mirarlos de arriba a abajo detenidamente incluyendo a Tecno en su inspección, decidió reanudar su marcha como si nada hubiera pasado.

Jak, molesto ante la fría actitud de aquél desconocido, se adelantó a él y le cortó el paso colocándose cara a cara.

- Te he hecho una pregunta, ¿es que no entiendes mi idioma, tío? - el rostro de Jak se tornó algo más serio.

El joven miró a su alrededor hasta que posó sus ojos en la pared que tenía a su izquierda, arrancó un cartel amarillento que estaba pegado en la fachada del edificio y se lo ofreció a Jak para que lo cogiera.

- Más vale que te escondas – dijo secamente, luego se volvió para mirar a Elyze y Tecno – Mejor....más vale que os escondáis todos.

Jak bajó la vista para inspeccionar la desgastada hoja y se sorprendió al comprobar que era un cartel de se busca......¡con la cara de Tecno! La recompensa era tan alta que creyó que se habían equivocado al escribirla.

- Pero, no puede ser....... - cuando quiso preguntar algo, el muchacho ya se estaba yendo – espera, ¿qué significa esto?

Por respuesta, sólo vió que volvía a resoplar y dejaba caer en el suelo una nota, pero siguió caminando hasta que se perdió de vista.

Elyze recogió la nota mientras Jak mostraba a Tecno el cartel que le habían dado. Cuando lo vio, Tecno palideció de repente; ¿le estaban buscando? ¿Que era lo que había hecho para esto?

- ¿Hay alguna especificación? ¿Algo que diga por qué me buscan? - Tecno parecía realmente asustado.

- Mmmmmm, no, sólo pone la recompensa y tu foto – dijo Jak tras inspeccionar a fondo aquél cartel, parecía llevar allí pegado un tiempo porque las esquinas estaban algo agrietadas y el papel no mostraba su mejor color.

- Hey, ¿os suena de algo esto? - Elyze se acercó al resto y leyó en voz alta la nota que había cogido del suelo- “El viento sopla fuerte”.

Jak ni lo pensó, era la primera vez que oía algo semejante, sin embargo Tecno tardó más tiempo en responder; era un dicho que le sonaba mucho.

- ¿Es todo lo que pone, Elyze? - ella le enseñó el papel para que lo viera con sus propios ojos y Tecno volvió a meditar – sé que por aquí había algo de eso....algo con un dicho así.

Miró a ambos lados de la calle y de repente cayó en la cuenta señalando el edificio que tenían justo en frente de ellos, cruzando la acera.

- ¡Allí! - salió corriendo seguido de Elyze y Jak y llegaron a un edificio que estaba completamente derruido – Aquí es donde recuerdo que se decía mucho.

- ¿Esto? Si está en ruinas.... - Elyze miró con algo de desconfianza el lugar y luego a Tecno, que continuó hablando.

- Lo sé, a mí también me extraña, esto antes era una cafetería, tenía el nombre de Highwind, que significa “viento fuerte”. Lo que nos ha dado ese muchacho sólo me hace pensar en este lugar....

- Bueno, pues basta de cháchara, vamos a investigar antes de que alguien te encuentre y te entregue.

- Vosotros.....¿estáis conmigo? - preguntó Tecno bastante sorprendido.

- Bueno, nada me ha hecho pensar lo contrario; es cierto que según este cartel estás en busca y captura, pero no especifica por ningún sitio el por qué se te busca. Por lo que a mí respecta, no tengo por qué hacer nada.

Elyze asintió dando muestras de que secundaba el razonamiento de Jak, que parecía más listo de lo que aparentaba, y Tecno se relajó un poco agradecido por el apoyo que mostraban aquellos desconocidos.

- ¿No recuerdas por qué te buscan? - preguntó ella tras darse cuenta de que la cafetería en ruinas estaba llena de carteles de “se busca”; la mayoría rotos por alguien.

- De verdad que no, con respecto a esto sé tanto como vosotros – Tecno miraba a Elyze con ojos sinceros, pues era verdad que no recordaba nada de lo que hubiera hecho allí, lo que en cierto modo le escamaba un poco.

Se pusieron de acuerdo y comenzaron a separarse un poco para rodear el edificio en busca de algún tipo de pista; los carteles inundaban la zona tanto como los escombros que se habían desprendido de lo que antes fue una cafetería y el interior se veía oscuro y prácticamente inaccesible. Desilusionados por el fracaso, se juntaron de nuevo en el lateral izquierdo de la ruinosa construcción, la parte que más pegaba a la calle principal, y trataron de pensar qué iban a hacer a continuación.

- Quizás nos hayamos equivocado de sitio y tengamos que preguntarle a alguien – sugirió Elyze.

- No me he equivocado, estoy seguro de que con “viento fuerte” se está refiriendo a este lugar; pásame de nuevo la nota, seguro que nos hemos pasado algo por alto.

En el momento en que Tecno cogió el papel que Elyze le estaba ofreciendo, 2 gruesas pinzas metálicas salieron de la nada y agarraron a Tecno de las piernas tirando de él hacia unos escombros. La sorpresa pilló desprevenidos a todos y lo más que Tecno pudo hacer fue tratar de anclarse al suelo utilizando las cuchillas que llevaba acopladas en los brazaletes, pero nada parecía frenar la fuerza con la que le estaban arrastrando. Antes de que Jak pudiera cogerle del brazo para ayudarle, el suelo se había tragado a su nuevo amigo dejando únicamente las marcas de las cuchillas en la tierra.

- ¡No! ¡Maldita sea! - Jak comenzó a escarbar en el suelo como si de un perro se tratase mientras Elyze miraba a su alrededor por si las pinzas metálicas atacaban de nuevo.

Pero por mucho que excavara en la tierra y por muchos escombros que quitara de en medio el supuesto agujero que buscaba no aparecía.

- ¿Nada? - preguntó Elyze cuando vió a Jak levantarse del suelo.

- Nada – respondió Jak algo alterado.

Tras incorporarse, se le ocurrió que quizás en la azotea de lo que quedaba de edificio podría encontrar una forma de entrar dentro y rescatar a Tecno. Inmediatamente comenzó a escalar con gran soltura, parecía que era capaz de encontrar el saliente adecuado sin ninguna dificultad, lo que demostraba una gran experiencia, pero a Elyze no le sorprendió; al fin y al cabo, y teniendo en cuenta su apariencia, debía de proceder del Distrito de las Bestias.

Una vez arriba, Jak rebuscó por todos lados tratando de ver alguna abertura por la que pudiera introducirse, pero la suerte hoy no estaba de su lado. Exasperado, se acuclilló apoyando las manos en el suelo como si fuera un canino sentándose y escudriñó la ciudad desde su privilegiada posición.

El viento soplaba un poco más fuerte allí arriba y pudo ver que había varios hombres de blanco y alguien pidiendo limosna mientras tocaba música; su voz era terrible, desafinaba casi siempre y a Jak se le metía en los oídos como un taladro, pero el instrumento que acompañaba su canto hacía resonar una dulce melodía que amortiguaba los desvaríos de su portador.

Mientras esperaba a que bajara, Elyze decidió ocultar su cara con la capucha por si sospechaban de ella, pero eso sólo hizo que quienes la observaban se alejaran aún más murmurando para sí cosas que no pudo comprender. Segundos después Jak estaba a su lado, su cara era tan clara como un libro abierto y se podía ver que no había tenido éxito en su búsqueda.

- Ya no se me ocurre nada que podamos hacer, ¿y si pidiéramos ayuda?

- ¿Pedir ayuda? ¿Estás loco? ¿Quién nos iba a ayudar a encontrar a un fugitivo? – señaló Elyze – lo más que podríamos conseguir es que nos culparan a nosotros de cómplices y entonces sí que no podríamos hacer nada para encontrarle. Piensa mejor, tiene que haber otra forma.

Mientras cavilaban para hallar una forma mejor de hacer las cosas, 3 personas se acercaron a ellos con paso tranquilo. Por su apariencia parecían soldados y caminaban directamente hacia donde Elyze y Jak se encontraban......

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