domingo, 11 de mayo de 2014

CAPÍTULO 2: DENTRO DE HIGHWIND

PLOM; algo blando amortiguó la caída de Tecno tras ser tragado por la trampilla, que vio cerrarse sobre su cabeza dejándole a oscuras en aquél sitio.

Tecno permaneció callado mientras inspeccionaba el lugar al que había ido a parar involuntariamente, pero tuvo que esperar a que la vista se le acostumbrara, ya que todo estaba a oscuras y la única luz provenía de una puerta cerrada que tenía en frente; la separación que había entre ella y el suelo era suficiente como para que cupiera un dedo, o......¡una cuchilla!

Cuando cayó en la cuenta se acercó sin demora pero sigilosamente hacia la puerta, se tumbó en el suelo y sacó la cuchilla para pasarla por debajo de la puerta. Su reflejo mostró únicamente unas botas sucias que a veces caminaban hacia un lado de la habitación sólo para detenerse de nuevo; su voz masculina sonaba ahora más clara y Tecno podía entender perfectamente lo que decía. Tras meter la cuchilla de nuevo, se sentó en el polvoriento suelo y esperó en silencio prestando atención.

- ....joder. ¿y si se pierde antes de poner esto en marcha? - el hombre se cayó un momento y luego reanudó la conversación, parece que estaba hablando por teléfono - Como le pase algo se te va a caer el pelo, guaperas.

¿Guaperas? ¿Se estaría refiriendo al muchacho que se habían encontrado antes? Impaciente por resolver la duda, Tecno pegó más el oído a la madera que lo separaba de la siguiente habitación.

- Sí, eso, ¡quédate callado como siempre! A veces no sé ni por qué me molesté en reclutarte; ¡si realmente buscas lo mismo que nosotros haz las cosas como te dije desde el principio, coño! ¡Ahora estará dando vueltas por tu culpa! ¿Tanto te cuesta ser más claro?

No había duda, la persona con la que estaba hablando era el joven tan rudo de antes y parece que su misión era guiarle a donde estaba ahora mismo. ¿Sería ése su jefe? ¿Y para qué le querían exactamente? No será por.......¿la recompensa?

Tras llegar a esa conclusión, Tecno miró nervioso a su alrededor con la esperanza de encontrar otra salida sin que aquél hombre descubriera que estaba justo donde le quería. Aquél lugar parecía una especie de almacén, varias cajas bastante grandes descansaban sobre un suelo de madera y, pegando a la pared, había un montón de cojines dispuestos bajo la trampilla por la que Tecno había caído para amortiguar. Una de las cajas de la pared de la derecha escondía una puerta no tan grande como la que estaba al lado de Tecno.

Aliviado por su descubrimiento, se acercó corriendo hacia ella para abrirla y escapar de aquél lugar, pero para ello tendría que quitar de en medio la caja que la tapaba parcialmente, lo justo como para que nadie cupiera por la puerta si la abrían. Intentó con todas sus fuerzas moverla del sitio, pero pesaba tanto que acabó rindiéndose. Sólo le quedaba una alternativa, entrar donde estaba aquél hombre y descubrir cuales eran sus intenciones.

Se acercó hasta ponerse frente a ella, estaba un poco nervioso pero le alivió saber que por lo menos podría contar con sus pistolas si la cosa se ponía fea; agarró la manivela y abrió la puerta rápidamente.

El hombre que había estado hablando se le quedó mirando sorprendido; la estancia era algo más pequeña que el almacén del que había salido, a su izquierda había un sillón un poco hecho polvo y unas máquinas que dedujo que eran cámaras de vigilancia. Al otro lado había una mesa con papeles y un par de sofás, que se encontraban en el mismo estado que el sillón, y al fondo pude ver que había otra puerta, pero estaba cerrada. Alguien se escondió bajo la mesa en cuanto vio aparecer a Tecno.

- Joder.....menos mal que al final has podido encontrar este sitio; a pesar de las pésimas indicaciones de ese creído – fue lo primero que dijo tras recuperarse de la repentina entrada de Tecno.

Era alto y algo fornido, su pelo castaño estaba rodeado por una cinta negra que enmarcaba los grisáceos ojos tapándole la frente; lucía barba y vestía un traje militar de camuflaje. Su severa mirada se clavó en Tecno, a quien parecía conocer, y sin más demora continuó con su discurso.

- Por fin cara a cara...... tú eres a quien todos llaman “El bombas”, ¿me equivoco? Hay que tener pelotas para hacer lo que hiciste, o estar muy desesperado – sacó un cigarro de su bolsillo y empezó a encenderlo – Levántate Luigi, no va ha hacerte nada.

Tecno dirigió la mirada hacia donde estaba la persona que vio esconderse bajo la mesa, que se asomó tímidamente mostrando sólo la cabeza y saludó con la mano algo nervioso. Tenía un pomposo bigote negro bajo su gran nariz, ojos azules y vestía un mono azul sobre una camiseta verde de manga larga. Se podía leer una “L” en su gorra, que también era verde, y sus manos iban enguantadas.

Luego volvió la mirada hacia aquél hombre, que le seguía observando a la espera de alguna respuesta. Pero Tecno se encontraba muy confuso; esas personas parecían conocerle pero él no tenía ni idea de quiénes eran y también sabían lo que había hecho, aquello por lo que hay colocados cientos de carteles con su cara estampada en ellos. De modo que sólo se le ocurrió preguntar:

- Y, exactamente....¿qué es lo que hice? - Tecno se mordió el labio inferior al terminar la frase, ¿habría cometido alguna estupidez al preguntarlo?

En ese mismo momento, el hombre le miró perplejo, como si Tecno le estuviera tomando el pelo con su pregunta. Luigi se asomó más para ver mejor lo que estaba pasando y pudo notar la duda que había en los ojos de su compañero.

- Espera.....¿no lo recuerdas? - Tecno negó con la cabeza tranquilamente, su gesto quedó tan inocente como el de un niño pequeño – No me jodas......¿es que moriste en la explosión?

- ¿Cómo? ¿Morir? - ahora el que estaba confuso era él - ¿Qué tontería es esa? ¿Cómo iba a estar ahora aquí si hubiera muerto? ¿Y qué es eso de la explosión?

El hombre respiró hondo entrecerrando los ojos y dio una calada al cigarro antes de contestar.

- De acuerdo, ahora lo entiendo todo – se apoyó en la máquina que controlaba las cámaras y comenzó a hablar de nuevo – Mira chico, lo primero que tienes que saber, o recordar, de este mundo son las reglas que lo rigen y que nos afectan a todos nosotros. Te refrescaré la memoria.
>> Todas las personas que puedes ver y que pueblan los diferentes Distritos bailan al son de la regla que los gobierna a todos; aquí la muerte no es definitiva como se suele pensar, en el momento en el que pierdes la vida reapareces en el mismo lugar en el que te mataron, pero con un gran inconveniente: todos los recuerdos que tienes sobre tus vivencias aquí desaparecen por completo.

Tecno palideció ante aquél comentario. ¿Significa eso que podría haber muerto y por eso no se acordaba de casi nada? ¿Y cómo que la muerte no es definitiva? La idea de haber perdido los recuerdos de esa manera no le agradó mucho pero le alivió saber que al menos había encontrado a alguien que se estaba dignando a explicárselo, al contrario que el chico de antes.

- Entonces.....si mueres aquí resucitas luego usando tus propios recuerdos como pago para volver, ¿no es así? - resumió Tecno.

- Exactamente, lo coges rápido – volvió a dar otra calada – supongo que por eso no eres consciente del gran favor que nos hiciste hace una semana. Te lo explicaré paso a paso.

>> Este mundo está compuesto por 4 Distritos que rodean a un quinto como si fuera una pizza gigante. Los 4 Distritos se dividen entre sí por unos muros infranqueables y cada uno recibe un nombre: Tecnológico, Fantasía, Bestias y Terror.

En el Distrito Tecnológico, que es donde estamos, existe una sede en el centro de Shadow Moses, la parte más rica de la zona. Dicha sede, CIPHER S.A., es conocida por tratar de dominar sobre las gentes que pueblan este distrito, y su forma de hacerlo es empleando la violencia como si de una dictadura se tratase. Y por encima de eso, se encuentra el Lord del Distrito, una persona que nadie ha conseguido ver jamás; sólo unos pocos han podido oír su voz y seguramente habrán muerto después de eso, por lo que estamos en las mismas.

- Mmmm vale, eso lo entiendo, incluso hay algunas cosas que me suenan, pero; ¿dónde entro yo en todo esto?

- Ahora voy a eso, impaciente. Hace concretamente una semana hubo una tremenda explosión en la sede de CIPHER S.A., y no hay que ser muy listo para adivinar quién la hizo. Tu fama te precede, Tecno, tras tu golpe te ganaste a pulso el apelativo de “El bombas” y también muchos aliados aquí, en Mute-City – apagó el cigarro y continuó – Y ahora, presentaciones......estas en la base de “Avalancha”; somos un grupo rebelde que trata de derrotar a los de CIPHER, en primer lugar, y conseguir un artefacto que se dice contiene el poder de devolvernos a todos al lugar de donde venimos.

- ¿El lugar.......de donde venís? ¿Quieres decir que tú no perteneces a este Distrito?

- Ni a este ni a ninguno de los de por aquí. No me preguntes cómo lo sé, simplemente lo noto, algo me lo dice; de hecho casi toda la gente de por aquí piensa como yo y siente lo mismo. Este no es nuestro lugar, nos están obligando a vivir aquí y, sinceramente, no me apetece nada quedarme......

- Bueno, y entonces, ¿de dónde vienes?

En ese momento el hombre levantó la cabeza mirando al techo, como pensativo, para segundos después bajarla y mirar de nuevo a Tecno.

- Ojalá lo supiera; no poseo apenas recuerdos de mi mundo ni de lo que hice allí o de quién fui. Esa es una razón que añado para tratar por todos los medios de conseguir el artefacto; ya fallé una vez, así que no puedo permitirme perder mis recuerdos de nuevo.

- Vale, creo que lo entiendo – concluyó Tecno tras pensarlo un rato – y por eso me necesitáis a mi, para que os eche una mano, ¿no? Para que volváis a vuestro mundo y que CIPHER S.A. deje de dominaros a todos como si fuerais peones.

- Lo vas pillando chico .

- Y, ¿tú eres....? - preguntó Tecno al darse cuenta de que no sabía cómo referirse a él.

- Solid Snake – le ofreció la mano y Tecno se la estrechó sin miedo – pero llámame sólo Snake; soy el fundador de “Avalancha”, aunque, sinceramente, yo no le habría puesto ese nombre; pero, ¿qué le vamos a hacer? Él es Luigi, también está aquí para luchar contra CIPHER.

- En...encantado – aunque le costaba hablar por la timidez, al final consiguió pronunciar la palabra.

De pronto Tecno cayó en la cuenta de que sus nuevos amigos se habían quedado fuera y aún estarían buscándole.

- Snake, la gente que me acompañaba, tienes que traerlos aquí.

- ¿Venían contigo? ¿Son amigos tuyos? - preguntó Snake – No puedo arriesgarme a traerlos si no tengo tu palabra de que son aliados.

- Lo son – contestó Tecno convencido, si Jak había sido capaz de confiar en él a pesar de que le estaban buscando habría sido un desagradecido y un traidor si le dejaba fuera; a él y a Elize – Por favor, tráelos.

Snake se giró hacia uno de los monitores en el que aparecían Elize y Jak y le aseguró a Tecno que haría lo que estuviera en su mano dentro de lo posible.


Podía ver perfectamente que 3 soldados se estaban acercando con paso tranquilo a sus amigos.....

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