PLOM;
algo blando amortiguó la caída de Tecno tras ser tragado por la
trampilla, que vio cerrarse sobre su cabeza dejándole a oscuras en
aquél sitio.
Tecno
permaneció callado mientras inspeccionaba el lugar al que había ido
a parar involuntariamente, pero tuvo que esperar a que la vista se le
acostumbrara, ya que todo estaba a oscuras y la única luz provenía
de una puerta cerrada que tenía en frente; la separación que había
entre ella y el suelo era suficiente como para que cupiera un dedo,
o......¡una cuchilla!
Cuando
cayó en la cuenta se acercó sin demora pero sigilosamente hacia la
puerta, se tumbó en el suelo y sacó la cuchilla para pasarla por
debajo de la puerta. Su reflejo mostró únicamente unas botas sucias
que a veces caminaban
hacia un lado de la habitación sólo para detenerse de nuevo; su voz
masculina sonaba ahora más clara y Tecno podía entender
perfectamente lo que decía. Tras meter la cuchilla de nuevo, se
sentó en el polvoriento suelo y esperó en silencio prestando
atención.
-
....joder. ¿y si se
pierde antes de poner esto
en marcha? - el hombre se
cayó un momento y luego reanudó la conversación, parece que estaba
hablando por teléfono - Como
le pase algo se te va a caer el pelo, guaperas.
¿Guaperas?
¿Se estaría refiriendo al muchacho que se habían encontrado antes?
Impaciente por resolver la duda, Tecno pegó más el oído a la
madera que lo separaba de la siguiente habitación.
-
Sí, eso, ¡quédate
callado como siempre! A veces no sé ni por qué me molesté en
reclutarte;
¡si realmente buscas lo mismo que nosotros haz las cosas como te
dije desde el principio, coño! ¡Ahora estará dando vueltas por tu
culpa! ¿Tanto te cuesta
ser más claro?
No
había duda, la persona con la que estaba hablando era el joven tan
rudo de antes y parece que su misión era guiarle a donde estaba
ahora mismo. ¿Sería ése su jefe? ¿Y para qué le querían
exactamente? No será por.......¿la recompensa?
Tras
llegar a esa conclusión, Tecno miró nervioso a su alrededor con la
esperanza de encontrar otra salida sin que aquél hombre descubriera
que estaba justo donde le quería. Aquél lugar parecía una especie
de almacén, varias cajas bastante grandes descansaban sobre un suelo
de madera y, pegando a la pared, había un montón de cojines
dispuestos bajo la trampilla por la que Tecno había caído para
amortiguar. Una de las cajas de la pared de la derecha escondía una
puerta no tan grande como la que estaba al lado de Tecno.
Aliviado
por su descubrimiento, se acercó corriendo hacia ella para abrirla y
escapar de aquél lugar, pero para ello tendría que quitar de en
medio la caja que la tapaba parcialmente, lo justo como para que
nadie cupiera por la puerta si la abrían. Intentó con todas sus
fuerzas moverla del sitio, pero pesaba tanto que acabó rindiéndose.
Sólo le quedaba una alternativa, entrar donde estaba aquél hombre y
descubrir cuales eran sus intenciones.
Se
acercó hasta ponerse frente a ella, estaba un poco nervioso pero le
alivió saber que por lo menos podría contar con sus pistolas si la
cosa se ponía fea; agarró la manivela y abrió la puerta
rápidamente.
El
hombre que había estado hablando se le quedó mirando sorprendido;
la estancia era algo más
pequeña que el almacén del que había salido, a su izquierda había
un sillón un poco hecho polvo y unas máquinas que dedujo que eran
cámaras de vigilancia. Al otro lado había una mesa con papeles y un
par de sofás, que se encontraban en el mismo estado que el sillón,
y al fondo pude ver que había otra puerta, pero estaba cerrada.
Alguien se escondió bajo la mesa en cuanto vio aparecer a Tecno.
-
Joder.....menos mal que al final has podido encontrar este sitio; a
pesar de las pésimas indicaciones de ese creído – fue lo primero
que dijo tras recuperarse de la repentina entrada de Tecno.
Era
alto y algo fornido, su pelo castaño estaba rodeado por una cinta
negra que enmarcaba los grisáceos ojos tapándole la frente; lucía
barba y vestía un traje militar de camuflaje. Su severa mirada se
clavó en Tecno, a quien parecía conocer, y sin más demora continuó
con su discurso.
-
Por fin cara a cara......
tú eres a quien
todos llaman “El bombas”, ¿me equivoco? Hay
que tener pelotas para hacer lo que hiciste, o estar muy desesperado
– sacó un cigarro de su bolsillo y empezó a encenderlo –
Levántate Luigi, no va ha hacerte nada.
Tecno
dirigió la mirada hacia donde estaba la persona que vio
esconderse bajo la mesa, que se asomó tímidamente mostrando sólo
la cabeza y saludó con la mano algo nervioso. Tenía un pomposo
bigote negro
bajo su gran nariz, ojos azules y vestía un mono azul sobre una
camiseta verde de manga
larga. Se podía leer una “L” en su gorra, que también era
verde, y sus manos iban enguantadas.
Luego
volvió la mirada hacia aquél hombre, que le seguía observando a la
espera de alguna respuesta. Pero Tecno se encontraba muy confuso;
esas personas parecían conocerle pero él no tenía ni idea de
quiénes eran y también sabían lo que había hecho, aquello por lo
que hay colocados cientos de carteles con su cara estampada en ellos.
De modo que sólo se le ocurrió preguntar:
-
Y, exactamente....¿qué es lo que hice? - Tecno se mordió el labio
inferior al terminar la frase, ¿habría cometido alguna estupidez al
preguntarlo?
En
ese mismo momento, el hombre le miró perplejo, como si Tecno le
estuviera tomando el pelo con su pregunta. Luigi se asomó más para
ver mejor lo que estaba pasando y pudo notar la duda que había en
los ojos de su compañero.
-
Espera.....¿no lo recuerdas? - Tecno negó con la cabeza
tranquilamente, su gesto quedó tan inocente como el de un niño
pequeño – No me jodas......¿es que moriste en la explosión?
-
¿Cómo? ¿Morir? - ahora el que estaba confuso era él - ¿Qué
tontería es esa? ¿Cómo iba a estar ahora aquí si hubiera muerto?
¿Y qué es eso de la explosión?
El
hombre respiró hondo entrecerrando los ojos y dio una calada al
cigarro antes de contestar.
-
De acuerdo, ahora lo entiendo todo – se apoyó en la máquina que
controlaba las cámaras y comenzó a hablar de nuevo – Mira chico,
lo primero que tienes que saber, o recordar, de este mundo son las
reglas que lo rigen y que nos afectan a todos nosotros. Te refrescaré
la memoria.
>>
Todas las personas que
puedes ver y que pueblan los diferentes Distritos bailan al son de la
regla que los gobierna a todos; aquí la muerte no es definitiva como
se suele pensar, en el momento en el que pierdes la vida reapareces
en el mismo lugar en el que te mataron, pero con un gran
inconveniente: todos los recuerdos que tienes sobre tus vivencias
aquí desaparecen por completo.
Tecno
palideció ante aquél comentario. ¿Significa eso que podría haber
muerto y por eso no se acordaba de casi nada? ¿Y cómo que la muerte
no es definitiva? La idea de haber perdido los recuerdos de esa
manera no le agradó mucho pero le alivió saber que al menos había
encontrado a alguien que se estaba dignando a explicárselo, al
contrario que el chico de antes.
-
Entonces.....si mueres aquí resucitas luego usando tus propios
recuerdos como pago para volver, ¿no es así? - resumió Tecno.
-
Exactamente, lo coges rápido – volvió a dar otra calada –
supongo que por eso no eres consciente del gran favor que nos hiciste
hace una semana. Te lo explicaré paso a paso.
>>
Este mundo está compuesto por 4 Distritos que rodean a un quinto
como si fuera una pizza gigante. Los 4 Distritos se dividen entre sí
por unos muros infranqueables y cada uno recibe un nombre:
Tecnológico, Fantasía, Bestias y Terror.
En
el Distrito Tecnológico, que es donde estamos, existe una sede en el
centro de Shadow Moses, la parte más rica de la zona. Dicha sede,
CIPHER S.A., es conocida por tratar de dominar sobre las gentes que
pueblan este distrito, y su forma de hacerlo es empleando la
violencia como si de una dictadura se tratase. Y por encima de eso,
se encuentra el Lord del Distrito, una persona que nadie ha
conseguido ver jamás; sólo unos pocos han podido oír su voz y
seguramente habrán muerto después de eso, por lo que estamos en las
mismas.
-
Mmmm vale, eso lo entiendo, incluso hay algunas cosas que me suenan,
pero; ¿dónde entro yo en todo esto?
-
Ahora voy a eso, impaciente. Hace
concretamente una semana hubo una tremenda explosión en la sede de
CIPHER S.A., y no hay que ser muy listo para adivinar quién la hizo.
Tu fama te precede, Tecno, tras tu golpe te ganaste a pulso el
apelativo de “El bombas” y también muchos aliados aquí, en
Mute-City – apagó el cigarro y continuó – Y ahora,
presentaciones......estas en la base de “Avalancha”; somos un
grupo rebelde que trata de derrotar a los de CIPHER, en primer lugar,
y conseguir un artefacto que se dice contiene el poder de devolvernos
a todos al lugar de donde venimos.
-
¿El lugar.......de donde venís? ¿Quieres decir que tú no
perteneces a este Distrito?
-
Ni a este ni a ninguno de los de por aquí. No me preguntes cómo lo
sé, simplemente lo noto, algo me lo dice; de hecho casi toda la
gente de por aquí piensa como yo y siente lo mismo. Este no es
nuestro lugar, nos están obligando a vivir aquí y, sinceramente, no
me apetece nada quedarme......
-
Bueno, y entonces, ¿de dónde vienes?
En
ese momento el hombre levantó la cabeza mirando al techo, como
pensativo, para segundos después bajarla y mirar de nuevo a Tecno.
-
Ojalá lo supiera; no poseo apenas recuerdos de mi mundo ni de lo que
hice allí o de quién fui. Esa es una razón que añado para tratar
por todos los medios de conseguir el artefacto; ya fallé una vez,
así que no puedo permitirme perder mis recuerdos de nuevo.
-
Vale, creo que lo entiendo – concluyó Tecno tras pensarlo un rato
– y por eso me necesitáis a mi, para que os eche una mano, ¿no?
Para que volváis a vuestro mundo y que CIPHER S.A. deje de
dominaros a todos como si fuerais peones.
-
Lo vas pillando chico .
-
Y, ¿tú eres....? - preguntó Tecno al darse cuenta de que no sabía
cómo referirse a él.
-
Solid Snake – le ofreció la mano y Tecno se la estrechó sin miedo
– pero llámame sólo Snake; soy el fundador de “Avalancha”,
aunque, sinceramente, yo no le habría puesto ese nombre; pero, ¿qué
le vamos a hacer? Él es Luigi, también está aquí para luchar
contra CIPHER.
-
En...encantado – aunque le costaba hablar por la timidez, al final
consiguió pronunciar la palabra.
De
pronto Tecno cayó en la cuenta de que sus nuevos amigos se habían
quedado fuera y aún estarían buscándole.
-
Snake, la gente que me acompañaba, tienes que traerlos aquí.
-
¿Venían contigo? ¿Son amigos tuyos? - preguntó Snake – No puedo
arriesgarme a traerlos si no tengo tu palabra de que son aliados.
-
Lo son – contestó Tecno convencido, si Jak había sido capaz de
confiar en él a pesar de que le estaban buscando habría sido un
desagradecido y un traidor si le dejaba fuera; a él y a Elize –
Por favor, tráelos.
Snake
se giró hacia uno de los monitores en el que aparecían Elize y Jak
y le aseguró a Tecno que haría lo que estuviera en su mano dentro
de lo posible.
Podía
ver perfectamente que 3 soldados se estaban acercando con paso
tranquilo a sus amigos.....
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